¿Cómo evitar que la reforma fiscal no sea un golpe mortal para el pueblo, los empresarios y para la economía en su conjunto?

Para los empresarios, porque muchos de los beneficios fiscales que reciben dejarán de existir y no podrán seguir operando debido a su ineficiencia. Para el pueblo, porque numerosos bienes exentos tendrán que pagar el ITBIs. Y para la economía, porque la reforma le metería un frenazo al crecimiento.

Eso se evita con tres pasos importantes que puede tomar el próximo gobierno si quiere evitar una potencial crisis. El primer paso sería la privatización de empresas estatales y la venta de un sin número de bienes raíces e infraestructura que el Estado posee alrededor de toda la isla. Entre esas empresas están las acciones en las generadoras de electricidad y en Refidomsa, en Molinos Dominicanos, la liquidación de la CDEEE, la privatización de las distribuidoras de electricidad y una extensa red de propiedades inmobiliarias, incluyendo tierras cañeras, que podrían generar miles de millones de pesos. La privatización del Banco de Reservas lo dejo a un lado porque me advirtieron que eso no está en los planes del nuevo gobierno aunque sería una gracia de Dios eliminar esa fuente corrompida de financiamiento público.

El segundo paso es eliminar gastos superfluos del gobierno, donde el ahorro podría superar los RD$20,000 millones sin muchos esfuerzos, porque con esfuerzos puede superar los RD$35,000 millones. Es increíble hasta dónde ha llegado el despilfarro del dinero público, donde el actual Presidente de la República es probablemente el principal responsable de esa vergonzosa práctica. Su inexplicable viaje a Europa a días de entregar el poder y con decenas de acompañantes, le costará millones de pesos a los contribuyentes, sin ofrecerle ningún beneficio al país, aunque sí a su Fundación Global y a su ego personal.

El tercer y último paso es el Efecto Lola, sobre lo que escribí hace varios años. Se trata de aplicar medidas y sanciones fuertes para reducir la evasión fiscal, donde un icono nacional, como fue Lola Flores en España, caiga preso en este país por engañar al fisco. Eso solo generaría un cambio radical en la actitud de mucha gente que se cree que está por encima de la ley y de Dios. 

Con estos tres pasos sería innecesario una nueva reforma fiscal, permitiendo que la economía no caiga en una recesión ni se aumente el desempleo y los precios. 

Definitivamente, no se puede seguir aumentando impuestos para que los paguen las mismas empresas de siempre, mientras muchas sigan evadiendo bajo la sombra del poder político y de su poder económico. Hay que meter preso a los evasores de verdad y no solo a los pendejos que no tienen renombre ni medios para evadir la ley. La evasión en este país alcanza el 33% del ITBS y 45% del Impuesto Sobre la Renta, que de reducirse un 50%, elevaría la presión fiscal a la meta aspirada de 17%.

Sobre las privatizaciones, muchos países han tenido experiencias amargas por la prevalencia de actos de corrupción y falta de transparencia. Pero esa no es suficiente razón para que sigamos aferrándonos a un esquema eléctrico de propiedad estatal ya que jamás eso funcionará aunque Marranzini se crea Mandrake el Mago, que de mago no tiene nada.

Lo mismo con las acciones que posee el Estado en muchas empresas controladas por el sector privado, donde no se tiene ningún control de los gastos ni de las operaciones financieras que éstas realizan.

Son tres pasitos que cambiarían a este país y reforzarían su institucionalidad.