En los últimos días, los ciudadanos dominicanos en distintas provincias del país, nos hemos visto involucrados en hechos que atentan contra la seguridad ciudadana, atracos, robo a mano armada, asesinatos.

El hecho que ha llamado más la atención de la ciudadanía, exceptuando a las autoridades, fue el robo en Santiago en una boda. ¡Sí, una boda!  Como si se tratara de un episodio de la serie de Pablo Escobar, cuatro hombres sin capuchas y fuertemente armados, irrumpieron en la celebración y despojaron a todos los presentes de carteras, celulares y demás objeto de valor y no conforme con la escena de terror se llevaron parte del bizcocho.

Al parecer solo las autoridades no están alarmadas con lo que está sucediendo en la República Dominicana, en donde cada día resulta un riesgo mayor salir a las calles. No estamos seguros en ningún lado, asaltan bancos, tiendas, iglesias, instituciones públicas, todo. Se registran casos múltiples de asesinatos para robar, y sin embargo las últimas estadísticas dicen que hay una reducción en la criminalidad con relación al 2014; pero solo basta salir a las calles para darse cuenta que esas estadísticas no corresponde a la verdad. Lo que sí es cierto es que la presencia de agentes policiales en los actos delictivos es cada vez más frecuente.

Existen varios elementos que intervienen a la hora de realizar un atraco, robo a mano armada o asesinato con fines de robo. A nuestro modo de ver existen tres elementos que son esenciales para llevar a cabo con éxito esta tarea, la cual ha resultado fácil en el país, como: son tecnología, transporte y armas.

Primero: Tecnología. En todo acto delictivo está presente la tecnología, ya sea a través de una llamada telefónica desde un celular o a través de una cámara de seguridad dependiendo la localidad.

Vamos a obligar a las prestadoras de servicio, para que el uso de un teléfono celular tenga mayor responsabilidad en República Dominicana, para regularizar este sector con mayor supervisión.

Somos uno de los países mejores comunicados, pero que apartando esto, que a diario se roban celulares, se compran celulares con tarjetas clonadas y luego se integran al parque telefónico del país sin ningún inconveniente.

Segundo:  Transporte. En un alto porcentaje los actos delictivos se realizan con una motocicleta como medio de transporte, en los llamados 115 cc. ¿Qué hace el estado para regular la entrada, comercialización y adquisición de una motocicleta?

¿Cuantas motocicletas de distintas potencias existen en República  Dominicana? No sabemos, porque le dejamos estos espacios a la delincuencia común, que frente  a la ausencia de las autoridades, van adquiriendo nuevas formas de delinquir. Elaboremos un plan de saber cuántas motocicletas, que capacidad y a nombre de quién. Regulemos la compra de tal forma que si usted compra una motocicleta 115 cc, 100 cc, 70cc, 50 cc, el Estado lo sepa.

Como una manera de regular el uso, las motocicletas para uso de transporte no más de 100 cc y un tipo específico de motocicletas. Hay que solicitar la colaboración de los distintos sindicatos de motoconchistas, si un sindicato otorgó una licencia de motoconchista a un delincuente, tendría una sanción.

Tercero:  Armas de fuego. Finalmente y no menos importante, el porte y tenencia de armas. Vemos como el porte ilegal de armas en la República Dominicana, no tiene consecuencias drásticas. El hecho que a un ciudadano se le ocupe un arma de manera ilegal no tiene consecuencias de tipo penal. Vemos como en los últimos días el Diputado Ito Bisonó promueve un proyecto de ley que regula el uso de las armas en el país.

Hasta que las autoridades no  arreglen  de manera estricta estos tres renglones, los efectos de la delincuencia serán cada día más desastrosos para nuestra sociedad.