Tres poemas de José Rafael Abinader

<STRONG>Tres poemas de José Rafael Abinader</STRONG>

La mulata de mi barrio

Pícara y coqueta mulata de mi barrio
de provocadora altivez.

Fruto pasional de antagónicos colores,
Eres de los blancos el sexo y de los negros el amor.

Tus cimbreantes contorsiones me arrebatan de lujuria.
Al ruidoso retumbar de tu risa se recogen

Las gazmoñas de mi patio.
Tu seductora mirada es el embeleso de los vicios callejeros.

En el ardoroso torrente de tu sangre pugnan
las hormonas de tu engendro: al mediodía blanca te crees,
y en el   pecado  de la noche maldices la bastardía de tu
engreída media raza.

Eres la esperanza y el consuelo de encontrados egoísmos:
De la carne, una soberbia jornada de romance pasajero;
Del cara sucia paupérrimo, los Santos Reyes;
De las viejas sin casa, el techo;
De las madres solteras, la leche;
De la mísera familia, el bocado;
De las niñas sin amparo, el regazo maternal;
Y de los muchachos de mi barrio, la reina
Y como reina de nosotros, los púberos, yo te rindo vasallaje.

A ella

Yo que gusto del silencio,
adoro tus palabras.
que no muevo los labios,
admiro tu sonrisa.

Que distraído divago en lejanía,
Envidio tu exuberante presencia.

Y cuanto tú miras y no me miras
me consumo de recelos.

Y cuando por los muertos rezas
yo le pido a Dios la vida
y le imploro tu amor.

Mi vida que es tuya,
tu amor que debe ser mío.

¿O es que en tus próximos rezos
prefieres pedirle a Dios clemencia
por otro que muere de amor?

Liberada

Ritual muñeca de la fe romana
Rentada en los burdeles de la China
Con Jesucristo la ungieron divina
Aunque Octavio la retiene pagana.

La hiere el hombre con su vida mundana

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