Tres temas en un artículo

Tres temas en un artículo

COSETTE ALVAREZ
Antes que nada, transmito mi indignación por el fallo del juez que cedió la custodia de una menor al padrastro alemán viudo de la madre dominicana, basado en que éste es un país muy pobre. ¡Dios santo! De las pocas veces que un padre biológico insiste en hacerse responsable de su hijita, miren lo que pasa. Un dueño de colmado no está entre los más pobres, eso lo sabemos todos, que les compramos y a qué precios.

Es un empresario, pequeño o mediano. Su estilo de vida puede ser pobre por razones culturales, pero por definición no lo es, es decir, con toda certeza un dueño de colmado no gasta el 60% de lo que produce en comida.

Podría cuestionar el papel de nuestra embajada ante el caso. Bien pudo haber intervenido, pero se limitó a proporcionar un abogado de oficio a nuestro compatriota. ¡Francamente! ¿Qué dicen nuestros expertos? ¿Es posible que, de verdad, esa niña esté mejor en Alemania? ¿Hay alguna agravante que no conozcamos?

Bueno, hoy estoy en la onda de compartir con ustedes una parte de la correspondencia más interesante que recibo y hasta pienso pedir autorización a mis «pen pals» para mencionarlos. Por el momento, dejo en la clandestinidad el nombre de quien escribió esto a otra persona que un buen número de lectores identificará sin romperse la cabeza, y que (el autor) me reenvió a propósito de un tema de tertulia virtual. Y dice:

«He leído con mucho interés la presentación que hiciste del más reciente libro de (nombre del escritor), y lo he hecho precisamente ahora, cuando dedico largas horas de reflexión a los procesos recientes de la política dominicana, y la influencia decisiva que tuvo Balaguer en la no creación de una cultura política democrática (o en la creación de una cultura política democrática depravada).

Creo que es tema, más que para un artículo, para todo un libro: cómo Balaguer reproduce una porción substancial del quehacer gubernamental fascista-trujillista y la incorpora a un gobierno cubierto de las etiquetas de civilista (sólo por tratarse de un civil, él, y no de un militar con tricornio e insignias de generalísimo, o de un civil gomígrafo, como él mismo fue en 1960-61) y democrático (apenas por ser fruto de elecciones, sin importar su grado de transparencia o competitividad).

Así, durante los siguientes doce años, Balaguer se convirtió en padre (y luego abuelo) de una democracia donde el crimen de Estado (asesinatos, desapariciones, palizas, torturas, exiliados forzosos, perseguidos, atosigados, clandestinos, etc.) y la corrupción desvergonzada (contratas a cambio de comisión, nepotismo, compra de votos, asignación de parcelas para negociados de clanes y de particulares, personalización del aparato estatal por sobre las instituciones, y todas las demás formas del clientelismo), se hicieron, en la psicología de los dominicanos, connaturales a la nueva forma de gobernar.

En otras palabras, de los, digamos, cien elementos de perversión del fascismo-trujillismo, Balaguer tomó, digamos también, la mitad, para continuar su aplicación en la »democracia» que tanto favoreció su peculiar estilo de gobernar, que no es más que la adaptación del que aprendió en 1930-61.

El pueblo dominicano hoy, en consecuencia, tiene una cultura política pervertida para la cual el concepto democracia admite como válidas esas variantes del crimen de estado (una versión levemente higienizada del fascismo-trujillismo) y todos los elementos del clientelismo.

Como »icing on the cake», tenemos una constitución infame que proclama al pueblo como depositario de una soberanía que esa misma ley sustantiva coloca en la práctica en manos de los partidos y, en consecuencia, en manos del líder o camarilla que los controla.

Todas estas muestras de irresponsabilidad personal, por lo demás, son punto de partida de una serie de comportamientos que han marcado a nuestros gobernantes, los que, hasta donde sé, nadie ha denunciado como lo que son: 1. Guzmán pegándose un tiro mientras ejercía la presidencia, en medio de un período de transición; 2. Bosch siendo candidato y ganando unas elecciones (1990) y renunciando a hacer valer su triunfo electoral por saber que no estaba en condiciones de ejercer el poder… y volviendo a ser candidato cuatro años más tarde; 3. Majluta siendo candidato cuando se sabía condenado por el cáncer; 4. Peña, ídem; 5. Peynado, ídem; y 6. Balaguer, siendo candidato ciego y sordo, que de haber ganado los comicios de 2000 se hubiese muerto a mitad de mandato, igual que Majluta y Peña (cada uno en su respectivo momento).

A Peynado, si no le roban las primarias reformistas, la muerte le hubiese pasado factura una semana antes de jurar el cargo (al que aspiraba sabiendo que no viviría para ejercerlo). Los dominicanos se ven en el espejo de sus gobernantes y sus dirigentes, y no puede esperarse que pidan de ellos (o hagan con sus propias existencias) cosas distintas.»

¿Verdad que está interesante, como para reflexionar profundamente? No se preocupen, que si el autor me da permiso, en la próxima les diré quién es. De antemano les aseguro que pueden sentir mucho orgullo ajeno por ese intrépido joven. Más adelante compartiré con ustedes partes de algunos de los trabajos que me envía un auténtico maestro, especialmente uno que me llegó al alma sobre José Martí. También tengo por ahí una excelente propuesta para entrenamiento policial.

Para terminar, me permito sugerir a las autoridades que, si en verdad existe voluntad de reintegrar al servicio exterior a la cancelada ministra consejera representante alterna ante la FAO, Margarita Cedeño Pérez, más que trasladarla, la repongan. Margarita es diplomática de carrera, es persona conocida, respetada y querida en la FAO, ha conseguido considerables donaciones materiales y técnicas en momentos de catástrofes nuestras, tramita las becas y las ofertas de empleo, y doy fe de que hace tremendo dúo con nuestro embajador permanente ante ese organismo internacional. Se complementan, son conceptuosos y juntos, no necesitarían más personal diplomático en su misión.

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