El joven Alejandro Castillo Paniagua, bautizado con el mote de Quirinito, fue condenado ayer a 30 años de prisión por un tribunal que lo encontró responsable del asesinato a balazos del ciudadano español Gustavo Adolfo Cervantes, alias Waikikí. La sentencia fue evacuada por el Tribunal Colegiado de San Cristóbal. Cervantes fue muerto de varios balazos cuando llegaba a su residencia localizada en el sector Madre Vieja Sur, en San Cristóbal, en septiembre del 2008. Castillo Paniagua ha negado la acusación.
Alejandro Castillo Paniagua (Quirinito) fue condenado ayer a 30 años de prisión por el Tribunal Colegiado de San Cristóbal, tras ser declarado culpable de asesinar a balazos al español Gustavo Adolfo Cervantes (Waikikí) cuando llegaba a su residencia del sector de Madre Vieja Sur, en esa ciudad.
El asesinato de Cervantes ocurrió en septiembre del 2008.
Las magistradas Luz del Carmen Matos, jueza presidenta; Emilki Jáquez y Biulkis Milanés, miembros, también condenaron a cinco años de prisión a Giovanny Antonio Padilla Santiago, al ser encontrado culpable de complicidad.
El tribunal de primera instancia acogió el dictamen del Ministerio Público, representado por los fiscales adjuntos Félix Santana y Fernelis Rodríguez.
Las juezas fijaron la lectura íntegra de la sentencia para el día 28 de este mes en la mañana.
El español Gustavo Adolfo Cervantes era vinculado a la muerte a tiros del primer teniente del Ejército Nacional Guillermo Antonio Tejeda Kranwinkel, hijo del periodista Guillermo Tejeda, adscrito a la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).
Con esta sentencia termina la fase fundamental de una batalla procesal de 18 meses en la que se celebraron más de 30 audiencias, expresó el procurador de la Corte de Apelación, Jesús Fernández Vélez.
En tanto, la barra de la defensa de Castillo Paniagua, integrada por los abogados Freddy Castillo, Joaquín Benezario y Ruddys Polanco, repudió la decisión del tribunal.
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Familiares
Al escuchar la sentencia, los familiares del joven condenado a la pena máxima que estable la ley irrumpieron en llanto. Insistieron en señalar que su pariente es inocente de los hechos que se le imputan. Dijeron que agotarán todos los procedimientos que la ley pone a su disposición a fin de lograr demostrar la inocencia del condenado.