Ramón Emilio Sierra, considerado demente y acusado de un asesinato y de otros dos delitos, tiene un año en juicio, y todo está paralizado porque la Procuraduría no había ordenado su evaluación siquiátrica.
Justo cuando el médico que lo examinó, Antonio Reyes, se disponía a ofrecer al tribunal el informe final, fue asesinado.
Lo mataron en un intento de robo, un día antes de comparecer al Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, que tiene el juicio de fondo por el caso ocurrido en el 2006.
La situación judicial de Sierra vuelve al inicio y los jueces esperan por un nuevo peritaje que determine la salud mental del imputado, quien no parece entender nada de lo que escucha y que pasa la mayor parte del tiempo de la audiencia mirando hacia la pared.