Pocas veces una imputada se arrepiente en el tribunal como lo hizo Mary Carmen Rosario, al punto de conmover a los jueces. La joven madre de tres hijos admitió los hechos y colaboró en la recuperación de las joyas robadas y por las que se le condenó a cinco años de prisión.
Con su testimonio, la joven mujer logró la indulgencia de los jueces del Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional y que se le reduzca la pena de 10 años que solicitó para ella la Fiscalía del Distrito Nacional, por la sustracción de las prendas en la casa donde laboraba como doméstica.
Su caso es una tragedia, porque su esposo, Denny Santos, también fue condenado a tres años de prisión, acusado de complicidad en la venta de las joyas, hurtadas el año pasado en la casa de Carmen Altagracia Ventura.