Tributación y política

<p>Tributación y política</p>

PEDRO GIL ITURBIDES
Cuando Cayo Julio César, en camino de dominar las Galias venció los ejércitos de los eduos y los aduáticos, lo primero que prometió fue la exención de tributos. En su largo pero fructífero proceso de dominar el territorio que abarca toda la Europa occidental, César mostraba dos procesos. El uno conducía por rutas de muerte, terror e impuestos. El otro, por vías de consideración, comprensión y exenciones tributarias.

Pero a los eduos hubo de castigarlos, a raíz de un levantamiento de estos, seducidos por los lagrenses y otros pueblos vecinos. Cuando el futuro emperador romano derrotó nuevamente aquellos ejércitos, les impuso varias formas de tributos. Uno lo era la entrega de los hijos de los ciudadanos de mayor valer o poder entre aquellas tribus y naciones. El otro, la tributación de trigo y otros alimentos para proveer al ejército romano y enviar a Italia.

Los incas practicaron los mismos procedimientos. Cuenta el padre Francisco López de Gómara de los días en que los españoles penetraron los Andes para llegar al Perú. Vasco Núñez de Balboa contempló el ignoto Pacífico sin que poseyesen entonces sus hombres, las naves para conducirse por ellos. Habían desarmado algunas de éstas y eran conducidas por aborígenes del istmo. Carecían sin embargo de ello, del aprovisionamiento y las vituallas para viajar hacia el sur. Entraron, por tanto, por la tierra.

Y fueron los quitos, aborígenes del altiplano ecuatoriano, los que les indicaron cuáles eran los caminos y los puentes que podían conducirlos al gran imperio del Sol. El padre no vino al Nuevo Mundo, pero tuvo fuentes fantasiosas pero de primer orden en los trabajos del descubrimiento y conquista. Tanto él como Pedro Mártir de Anglería interrogaban a los viajeros que llegaban a España desde nuestras tierras. Del padre López de Gómara se afirma que la fuente que lo proveyó de noticias sobre la conquista de los aztecas fue el propio Hernán Cortés.

De manera que cuanto afirma de la actuación de los quitos debe tomarse como una objetiva afirmación de quien fue testigo excepcional de los relatos de los conquistadores. Y de los quitos dice que actuaron por resentimiento, pues los incas les imponían diversos tipos de tributos.

La tributación, por consiguiente, es materia delicada en todos los tiempos. No puede verse únicamente como la reacción de las gentes de un tiempo determinado, por circunstancias especiales. Es cuestión ante la cual, los gobernantes deben actuar con tino y moderación, y, en buena medida, siguiendo el predicamento de Cayo Julio César. Quien no aprende de la historia, se ha dicho siempre, repite los yerros del pasado. ¡Con cuánto afán, por consiguiente, deben afanarse en lecturas sobre vivencias del ayer, cuantos sirven de guías a las naciones!

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