ÁNGELA PEÑA
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos. Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
-¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?-
– Espera un minuto replicó Sócrates-. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.
-¿Triple filtro?
– Correcto continuó Sócrates-. Antes de que hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.
El primer filtro es la verdad.
– ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
– No, dijo el hombre, realmente sólo escuché sobre eso y…
– Bien, dijo Sócrates. Entonces realmente no sabes si es cierto o no.
– Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
-No, por el contrario…
– Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
-No, la verdad que no.
– Bien, concluyó Sócrates, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no me es útil ¿Para qué querría saberlo?!!!!!
– Usa este triple filtro cada vez que oigas comentarios sobre alguno de tus amigos (as) cercanos (as) y queridos (as).
La amistad es algo invaluable, nunca pierdas a un (a) amigo (a) por algún malentendido o comentario sin fundamento.
(Enviado por Daisy Almeida Rancier)