Trípode

Trípode

El acuerdo entre Cervecería Nacional Dominicana y la firma cervecera brasileña Ambev ha creado todo un remolino en el mundo de los negocios y en los más amplios sectores sociales de nuestro país, por el sentimiento de orgullo nacional y la estimación que tradicionalmente le han profesado los dominicanos a esta empresa y a su marca líder, cerveza Presidente. El acuerdo se enmarca en un entorno y una tendencia de alianzas estratégicas llevadas a cabo por las grandes corporaciones de negocios a escala global. 

El abanico de temores que se manifiestan tiene múltiples orígenes y razones, además de las sentimentales. Unos lo entienden como pérdida de la posibilidad de tener una marca global enteramente dominicana, otros recelan acerca de la posibilidad de perder ventajas económicas en las negociaciones comerciales con un único proveedor, mientras otro gran segmento de la población responde a la natural resistencia al cambio.

En este mundo globalizado, las marcas son identificadas por su país de origen, por lo cual el acuerdo no afecta el hecho de que la cerveza Presidente sea identificada como un auténtico producto marca-país República Dominicana.

Trabajando la cuenta publicitaria de Presidente, recuerdo las ocasiones en que los directivos de esta empresa, ante la realidad de que contaban con prácticamente el noventa por ciento del mercado cervecero, sugerían a la agencia de publicidad Young & Rubicam Damaris una considerable reducción en intensidad  de la campaña publicitaria en los medios de comunicación. En cada ocasión que eso ocurrió, hubo una disminución en las ventas que obligaba al retorno de los niveles de exposición del producto y de la marca, que demostraba ser sumamente sensible a los continuados estímulos de la promoción publicitaria.

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