Nuevos paradigmas en relaciones RD-Haití

El tema de las relaciones Haití-República Dominicana ha ocupado la atención de los sectores claves de la nación a raíz de la promulgación de la Ley 168-13. Seguirá siendo así por largo tiempo.

Una de esas variables es la débil imagen que como nación proyecta a escala global la República Dominicana, visualizada por muchos extranjeros con una falsa percepción de país ideal para el ocio, el entretenimiento y la diversión, que se aprovecha de las débiles condiciones sociales y económicas de sus vecinos.

En el manejo de sus relaciones internacionales nuestros gobiernos han perdido de vista que a diferencia de épocas pasadas, nuevos paradigmas marcan la vida de las personas, las instituciones y los países del mundo y que hoy, distinto a lo que sucedía antes, “las reglas del mercado” y no la simple diplomacia dominan las relaciones entre los Estados.

Esa falsa percepción debe ser abordada sin dilación para que nuestro país pueda competir con ventajas, tanto en el ámbito comercial como diplomático. Las reuniones sostenidas entre funcionarios dominicanos y haitianos comisionados para encontrar solución al impasse provocado por la sentencia de referencia así lo atestiguan.

Tanto Haití como los organismos y gobiernos que apoyan sus posiciones, ahora con mayor convencimiento luego de la firme posición adoptada por el Presidente Medina en la Reunión del CELAC, están contestes en que la República Dominicana tiene todo el derecho a emitir sus leyes migratorias, lo que no están dispuesto a ceder es en su interés de discutir lo referente al intercambio comercial entre ambas naciones. Cuenta la Nación con un posicionamiento lo suficientemente sólido para ganar la batalla de la “imagen país” a nivel internacional. Esa tarea sigue aún pendiente.