Televisión, programas y anunciantes
La denominada crisis actual de la televisión dominicana trae al recuerdo la época en que los televidentes se sentaban frente al televisor a disfrutar, tanto del contenido de los programas como de la publicidad colocada en los mismos.
Campañas como las de Cerveza Presidente, Ron Brugal, Barceló, Victorina, Lecha Rica, entre otras, mantenían cautiva la atención del televidente de principio a fin haciendo difícil «el viaje a la nevera en lo que pasan los anuncios». En ese entonces la calidad del contenido programático era una garantía para el retorno de la inversión colocada en ese medio.
Se alega que la crisis viene como producto del poco apoyo publicitario que reciben actualmente los programas por parte de los grandes anunciantes del país, resultado de la baja calidad de contenido puesto a la consideración del público televidente.
Ante ese panorama han surgido los llamados «anunciantes chimichurri» que abarcan desde las «lechoneras», los llamados drinks, las tiendas de moda hasta los establecimientos vendedores de los más disimiles artículos, colocados por intercambio con los productores de los programas.
Con respecto al grito de estos productores se presenta un contrasentido de lógica económica, en razón de que a pesar de lo expuesto anteriormente, las cifras aportadas por mediatracker indican que el 60% de los 33 mil millones de inversión publicitaria realizada en el 2014, se concentraron en la televisión local.
Reiteramos nuestra apreciación en el sentido de que cuando los productores de programas de la televisión pegan el grito al cielo considerando como difícil la situación por la que atraviesa su negocio en estos momentos, es tiempo de buscar soluciones pertinentes en aras de la preservación de este importante sector de la economía. Es un deber de nuestra sociedad con este dinámico sector de la comunicación.