El presidente de la República, Danilo Medina, ha tomado una decisión oportuna al declarar mediante decreto número 437-17 el año 2018 como Año Nacional del Fomento a las Exportaciones. Esta decisión no obstante debe venir acompañada de una política de fomento a la investigación y a la innovación en el sector productivo del campo dominicano, que coloque a nuestros productos en condiciones de competir con los estándares requeridos en los competidos mercados internacionales. Los conceptos de investigación, innovación y eficiencia productiva parecen encontrarse divorciados de todo el conjunto de la gestión empresarial dominicana, a pesar de que es evidente que nos encontramos en un entorno de fiera competencia en la gestión de negocios internacionales, siendo estos valores imprescindibles para poder competir ventajosamente en los mercados globales de este tiempo.
El ministro de Agricultura, Ángel Estévez, indicó que sólo en términos de las exportaciones, el país experimentó un crecimiento de un 19%. Pasó de US$1,723.00 millones en 2012 a US$2,053 millones en 2016. De mantenerse esos niveles de crecimiento lineal será difícil alcanzar la meta de ser potencia exportadora de la región, a menos que se implementen planes y estrategias que impulsen un crecimiento exponencial del sector agropecuario y de zonas francas.
En este entorno de competencia global reiteramos la necesidad de alcanzar un posicionamiento de ventaja competitiva, mediante la implementación de procesos de innovación en el campo y la puesta en práctica de la estrategia marca país, que sirvan como punto de inflexión para pasar de un crecimiento lineal al exponencial. Los valores que nos conducirán al logro de esas metas son la inserción global, la modernización del aparato productivo, el apoyo del Estado a la actividad emprendedora y el sistema ambicioso expresado en una actitud de innovación permanente.