El mundo sigue rodando con su vertiginoso andar globalizante, mientras los sectores productivos dominicanos, con el gobierno a la cabeza, continúan de espaldas a una realidad que podría ser perjudicial para la salud de nuestra economía de cara a un futuro de mediano y largo plazo.

En este mundo global en que vivimos hoy, las naciones son visualizadas como empresas y en esa función deben ser gestionadas. Esto sin desmedro de otros valores intrínsecos a su naturaleza y razón de ser.

Permanecer dando el frente a las realidades del mercado en que se compite procurando alcanzar los más altos niveles de competitividad, es una de las reglas de oro en las estrategias de marketing en cualquiera de sus escenarios.

Las tendencias y las exigencias marcadas por un entorno global cada vez con menos barreras fronterizas requieren una conducción más acorde con las realidades de este tiempo y la forma en que se vienen manejando los asuntos que conciernen a la imagen y al posicionamiento de nuestro país en el mercado global parecen un tanto rezagados.

Se sigue afianzando la percepción que se tiene en el exterior de que somos un país que solo nos interesa la atracción de turistas y damos poca importancia a los temas de naturaleza global. Insistimos en que nuestra nación se encuentra en una dimensión de madurez en su desarrollo que exige la implementación de novedosas y atrevidas estrategias de renovación e innovación de su posicionamiento en el competido mercado global.

Es un imperativo del momento ofrecer la proyección de un país dinámico con un sector exportador en capacidad de suplir la demanda en el creciente mercado de consumo internacional en condiciones de estabilidad y crecimiento, posicionándolo como un país insertado en los avatares de la competencia global y sumamente atractivo para la inversión extranjera.
Donald  Rowland
donaldrowland788@gmail.com