En materia del manejo de los negocios en esta era de la información y la comunicación global, están más que claramente definidos los nuevos paradigmas que gobiernan y rigen la actividad competitiva en este entorno de gestión sin barreras fronterizas.
En este mundo dinámico en que vivimos hoy, las empresas, los productos y hasta la misma nación de donde proceden, deben contemplar el mercado global como ámbito de competencia para el posicionamiento de sus bienes, productos, servicios y marcas.
Ahora que nos vemos compelidos a abrir las puertas de nuestro mercado a los productos fabricados en los países con los cuales tenemos el acuerdo de libre comercio DR-Cafta, estamos obligados a acometer la tarea de hacer la transición y pasar de un estado mental análogo, cimentado en la famosa ley 299 de incentivo industrial bajo la sombrilla de “el mercado nacional para el producto criollo”, a uno de mentalidad digital que logre establecer el mercado global como ámbito de competencia.
La posición de alerta en este tiempo es una condición que cabe perfectamente a países como la Republica Dominicana, cuyos sectores productivos y de gobierno deben colocarse a la altura de los tiempos y hacer acopio de las herramientas más adecuadas que se encuentran a su servicio en este entorno global de las relaciones entre los países.
Esas herramientas tienen su base en la investigación y la innovación unida a la promoción de las exportaciones.
El modelo a seguir es Corea del Sur y Japón, cuyo desarrollo económico los ha llevado a equiparase con las naciones más desarrolladas del mundo, a tal punto que las marcas de esos países, como Cannon, Honda, Hyundai, Kia, LG, Panasonic, Samsung, Sony y Toyota, se han posicionado como marcas de éxito en el mercado global.