La recién finalizada entrega de los afamados premios Oscar, ha dejado lecciones que deben ser aprendidas por los organizadores de este tipo de eventos en muchos países del mundo.

No es secreto para nadie la incidencia que esta premiación ha logrado alcanzar mas allá de su natural interés de promover a los protagonistas del llamado “séptimo arte”.

La más relevante de las lecciones ha sido el uso sutil de la presencia publicitaria de grandes multinacionales para promover sus marcas mediante la técnica del “product placement”, consistente en el aprovechamiento de un entorno favorable para vender la imagen de un producto, empresa o institución de la forma más discreta con presencia aparentemente casual.

Las marcas Samsung, Twitter y Coca Cola vienen disfrutando en los últimos días los beneficios de esa inteligente estrategia, que habrá de redituarle una corriente de mayor simpatía y preferencia en los mercados de consumidores que tuvieron oportunidad de sintonizar esta gala de dimensión mundial.

Es indiscutible el éxito alcanzado por la combinación del Galaxy Note 3 y Twitter en el “Usie” dirigido por la brillante presentadora Ellen DeGeneres, que se convirtió en el post más “retuitiado” en la historia de esta red social tan popular, alcanzando en un momento determinado cerca de dos millones y medio de retuits y más de un millón 180 mil favoritos.

Del mismo modo Coca-Cola aprovechó el momento en que ésta encabezó el “delivery” de pizza a los presentes en la ceremonia del Oscar, para dejar sentir sutilmente su presencia en las cajas del Big Mama’s y Papas Pizzeria en una perfecta combinación de alimento y bebida.

La lección por tanto, es clara, con el uso de esta técnica solo se logran resultados positivos cuando la presencia del producto forma parte integral de la trama o desarrollo del guión, previamente elaborado y consensuado con los organizadores del evento de que se trate.