Las gestiones estratégicas de marketing, publicidad y comunicación comercial establecen diferencias de género únicamente para distinguir el tono y la manera en que se dirige el mensaje a un determinado segmento de reales o potenciales consumidores.
La cuestión de género viene a cuento, ahora, por la relevancia que al más alto nivel social, político y religioso ha tomado el tema en los medios de comunicación del país en las últimas semanas.
Es innegable que a pesar de ser catalogado como un conglomerado social eminentemente tradicionalista y profundamente religioso, la sociedad dominicana se ha visto compelida a aceptar las corrientes que marcan un auge indetenible en la tolerancia hacia las preferencias sexuales de sus ciudadanos.
La presencia en el país del principal representante diplomático de los Estados Unidos, cuya preferencia sexual es abiertamente conocida y auto-promocionada ha servido como detonante para que la sociedad en su conjunto y específicamente el sector comercial haya puesto la mira en este creciente segmento comercial.
Muchos y variados han sido los elementos determinantes del cambio habido en este perfil de nuestra sociedad, entre los que cuentan los factores políticos, culturales, y económicos.
En lo económico el perfil de este grupo se tipifica como de personas con alto nivel de consumo y con un creciente auge e influencia en los medios de comunicación, constituyendo localmente parte del 15 por ciento de la población mundial que se estima integra el colectivo gay.
A estas alturas del siglo XXI, pienso que son pocos los que no se han dado cuenta de los cambios habidos en el entorno global de los países y de que las necesidades del mercado vienen progresivamente determinando el decurso de las sociedades en el mundo actual.