La publicidad, una dinámica de cambios
Nadie duda que la actividad publicitaria haya sido el principal motor impulsador del desarrollo económico habido en el país en los últimos 50 años. Así lo confirma el monto de la inversión que se destinó a esta función, que al cierre del 2013 anduvo rondando los 25 mil millones de pesos, de acuerdo con la firma AGB-CDI.
Esa fortaleza económica ha sido una constante en su devenir histórico, no así lo que concierne a la parte creativa. Hubo una época en que la generación de las ideas provenía de la mente libre y sin cortapisas de los artistas de aquellos días, influenciados por los conceptos idealistas de un mercado orientado hacia la oferta no a la demanda.
Durante ese periodo las ideas fluían con toda libertad, convirtiéndose la generación de frases y eslogans pegajosos y populares en el punto principal que llamaba la atención del cliente, aun por encima de los requerimientos y necesidades del producto o del consumidor.
Así se produjeron temas de campañas tan famosas y penetrantes que aún perduran en la mente de una buena parte de la población. “Se toma por placer… y con placer…” “Mira como viene esa guagua…”; “Písalo y arranca…”; “No me calientes el tomate…”; “Este es un país muy especial…”, entre otros.
Ahora la creatividad ha tomado senderos de mayor complejidad como producto del cambio generacional, la evolución del mercado, el desarrollo de nuevos hábitos y formas de comportamiento del consumidor.
La tecnología ha cambiado la forma de ejercer la función. Hoy el negocio se orienta hacia el manejo de la comunicación comercial en las llamadas “mesas de negociación” que compran publicidad para sus clientes en las nuevas bolsas. Lo nuevo en materia de publicidad, el cruce entre la tecnología y la comunicación, los problemas que deben enfrentar los gerentes de programación y por otro lado, la situación actual de la publicidad on-line y mobile se han convertido hoy en una palpable realidad.