El lamentable deceso de Oscar de la Renta, la figura por excelencia de la moda en dominicana y referente mundial de este arte disciplina universal, ha resultado coincidente con la apertura de Dominicana Moda, en un hecho fortuito que ha servido como catapulta para un mayor dimensionamiento de este evento, en su ya consolidada novena versión.
Junto a las legítimas lamentaciones expresadas por el colectivo social, económico, político y gubernamental ante su fallecimiento, han proliferado también los elogios y el reconocimiento a su dilatada hoja de servicios dedicados a elevar la “imagen país República Dominicana” en el ámbito internacional.
La coincidencia en la ocurrencia de los dos eventos se concatena en la realidad de que Dominicana Moda está actualmente conectada a la moda dominicana, sirviendo como plataforma de excepción para la proyección internacional de nuestras más hermosas y exóticas bellezas del modelaje.
Es innegable, también, que los diseñadores de moda locales han encontrado en este evento un espacio propicio para su inserción en el mercado internacional, avalados por el ganado prestigio de la marca Oscar de la Renta y a los altos estándares de calidad mostrados por el producto final de su labor.
Este generador de gestión de negocios, que debe sobrepasar ya los 100 millones de pesos en el montaje de un solo evento, habla muy bien de la calidad y la proyección alcanzada por el mismo, si además, ese accionar forja una diversidad de empleos y el involucramiento de una amplia variedad de sectores conexos.
De la Renta y Dominicana Moda una simbiosis de perdurable valor.