Trípode
Candidatos, campaña sucia y “damagecontrol”

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En una sociedad de comportamiento bipolar como es la de República Dominicana no hay nada seguro hasta el momento en que se haga realidad la expectativa o el presagio de que se trate. Y si esto es válido para cualquiera de las manifestaciones en que se expresa la vida cotidiana de los dominicanos, en el ámbito de la política y sus predicciones el asunto adquiere ribetes de dictamen.

 Las recientemente realizadas encuestas políticas llevadas a cabo por la firma Gallup para Hoy y la Penn, Schoen & Berland para el Grupo Informativo SIN, tienen a muchos dirigentes y seguidores de los candidatos de lado y lado extremadamente optimistas y con un aire de triunfalismo que no se corresponde con resultados recopilados a un año de distancia de las elecciones generales programadas para el mes de mayo del 2012.

Como es de todos sabido, según los resultados de la encuesta Gallup-Hoy, en un escenario en que participen como candidatos el licenciado Danilo Medina, por el PLD, e Hipólito Mejía, por el PRD, el 48.7% de los ciudadanos votaría por el candidato del Partido Revolucionario Dominicano  y el 40.4% por el candidato del Partido de la Liberación Dominicana. En cuanto a la encuestadora Penn, Schoen & Berland, el resultado señala que si las elecciones presidenciales de 2012 fueran en la fecha en que se aplicó la encuesta, el candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hipólito Mejía, ganaría en primera vuelta con más del 50% de los votos.

Si bien los resultados de estas encuestas señalan tendencias en las preferencias actuales de los votantes, hay que contemplar la posibilidad de dos variables que a nuestro entender influirán decisivamente en la voluntad de estos al momento de ejercer el sagrado derecho al voto. Estas variables son la distancia en el tiempo de aproximadamente doce meses y la ferocidad de una campaña previsiblemente negativa, por el arsenal de recursos gráficos y audiovisuales con que cuenta cada uno de los estrategas, parapetados  en sus respectivas trincheras propagandísticas y publicitarias.

Sin lugar a dudas la pieza clave en el manejo de las estrategias de marketing y publicidad políticas de ambas parcelas durante  la próxima campaña electoral deberá ser el equipo que habrá de trabajar en el campo de las relaciones públicas de los candidatos, en razón de que estará permanentemente ocupado manejando lo que los anglosajones llaman “damage control”, el proceso de contrarrestar los efectos dañinos que produce la campaña negativa y la mala publicidad en contra de sus respectivos aspirantes a la Presidencia de la República.

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