Hoy 
Los esfuerzos por lograr un marco jurídico que defina claramente las funciones de la publicidad en nuestro país se parecen al cuento de nunca acabar. Esta vez le toca el turno al Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor, que junto a la Liga Dominicana de Agencias Publicitarias (LIDAP) y la Federal Trade Commision (FTC) de los Estados Unidos vuelven otra vez a tratar un tema que por su periódica recurrencia parece no tener solución viable.
Esta vez el esfuerzo viene precedido de una exhortación hecha por la norteamericana Deon Woods Bell de la FTC durante su exposición en el Seminario Desafíos de la Publicidad ante un Consumidor Sujeto de Derechos, organizado recientemente en el país por dos organismos gubernamentales y la asociación que agrupa a las agencias de publicidad.
La premisa expuesta por la funcionaria del Gobierno de Estados Unidos indica que en la medida en que se cumplen las normas surge la confianza, lo que es importante para que se incrementen las ventas y de esa manera gana el proveedor y el consumidor. No obstante, reconoció que cada país tiene sus propias normas. En el nuestro, lamentablemente, esas normas no existen todavía y en esa materia seguimos como chivos sin ley.
En lo que respecta a la publicidad comercial, tal como hemos indicado en ocasiones anteriores, es oportuno señalar que debido a los cambios paradigmáticos del Siglo XXI en materia de la comunicación y los medios, ha ganado tanto terreno en otros mercados el concepto de la conformación del CONAR o Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria, tomándose como fundamento para su adecuación el hecho de que las normas, las reglas y las limitaciones que deben regir el ejercicio de esta función sean impuestas orgánicamente por los sectores fundamentales que intervienen en su aplicación,
Los ejemplos y los modelos a seguir abundan en toda Latinoamérica. En México, para citar solo un caso, el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria CONAR A.C., es un organismo autónomo de la iniciativa privada, creado en México hace 10 años por anunciantes, Agencias de Publicidad y/o Comunicación, Asociaciones y medios de Comunicación, con el fin de fungir como conciliador en controversias de índole publicitario, dictando resoluciones basadas en un Código de Ética Publicitario.
Los organismos de autorregulación publicitaria que operan en varios países son creados por la industria como asociaciones independientes al gobierno con un interés específico y autonomía para tomar de decisiones.
