Trípode
Conservacionistas Vs. Cementera

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El affaire “Conservacionistas vs. Cementera” generado por el interés de un poderoso consorcio económico de instalar una industria en un área definida como de alto interés ecológico, pero potencialmente generadora de miles de empleos para los moradores de la propia zona, ejemplifica la manera dramática en que un manejo inadecuado de una situación conflictiva termina perjudicando los intereses de la mayoría  de la población.

No importa el tipo de conflicto de que se trate las posiciones radicales siempre terminan obnubilando la razón y perjudicando  hasta a los que pudieran considerarse victoriosos.

El tema de conservación en oposición a desarrollo es una cuestión muy delicada y requiere de análisis y ponderaciones menos emocionales y de discusiones más racionales.  Está comprobado que los pueblos que se han desarrollado y avanzado hacia estadios de mayor bienestar para su gente lo han hecho no conservando únicamente las riquezas que la naturaleza les ha prodigado sino haciendo uso inteligente de las mismas para beneficio de sus pueblos.

Una de las debilidades  de nuestra  idiosincrasia isleña es la costumbre de creer y entender que los conflictos creados atañen de manera exclusiva  a nuestra sociedad, olvidando que general y usualmente son desacuerdos planteados y en ocasiones resueltos en otras latitudes del mundo.

En un lugar tan lejano como la Comunidad Autónoma Española de Extremadura se plantea una situación similar con la propuesta de instalación de un complejo petroquímico en esa región cuyo debate es seguido con atención por el profesor titular de Química Analítica de la Universidad de Extremadura Eduardo Pinilla Gil, quien afirma que “es comprensible y razonable el interés, preocupación e inquietud que despierta el proyecto”.

En consecuencia, si bien es innegable que todas las actividades productivas humanas comportan riesgos ambientales, a veces imprevisibles, no estamos en absoluto inermes ante la contaminación. Existen mecanismos legales y tecnologías de protección que deben funcionar estrictamente, medidas de vigilancia y control que han de llevarse a cabo con rigor y eficacia.

Este profesor universitario cree que “es obligado estudiar y debatir con detalle, reflexivamente, las propuestas. Si logramos un desarrollo armonioso y logramos además el compromiso de la sociedad en general en la protección y mejora de nuestros tesoros medioambientales, estaremos en el buen camino para ser una región próspera, competitiva y sostenible.” Valido aquí, allá y acullá.

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