Trípode
El Milenio de Marcos Díaz

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El Milenio y sus objetivos han ocupado la atención de los altos mandos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en esta semana que acaba de concluir, así como el interés de los líderes de los países compromisarios y comprometidos en la responsabilidad de lograr las metas propuestas y convertirlas en una hermosa realidad que beneficie a los pueblos más carenciados del mundo, en apenas los cinco años que restan para alcanzarlos.

La tarea, aunque para muchos parezca ciclópea, todavía despierta sentimientos de optimismo, si nos guiamos de las opiniones vertidas por el Secretario General de la ONU, al afirmar que “los Objetivos de Desarrollo del Milenio son alcanzables pese a los obstáculos y el escepticismo, enfatizando que tampoco es un impedimento la proximidad del 2015, la fecha fijada como límite para alcanzar los ocho objetivos que incluyen, entre otros, la disminución a la mitad del hambre y la pobreza extrema, así como la reducción de la mortalidad materna e infantil y de epidemias como el sida y la tuberculosis, además de la educación universal y el acceso al agua y la sanidad”.

Nadie duda, como afirmara en su exposición ante ese foro el Presidente Leonel Fernández, que la crisis económica y financiera mundial ha dificultado aún más el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), principalmente en países como el nuestro de relativa vulnerabilidad ante los embates de una economía global en pleno proceso recesivo.

Como consecuencia de ello la prevalencia del hambre en las regiones en desarrollo pasó de un 16 por ciento en el 2006 a un 17 por ciento en el 2008. La disminución de los precios internacionales de los alimentos en la segunda mitad del 2008 no logró que los alimentos sean más asequibles para la mayoría de la población del mundo. 

En este drama, por cierto, las principales víctimas son las mujeres y los niños. La crisis ha provocado que los avances en materia de igualdad y empoderamiento de la mujer se estanquen y en algunos casos retrocedan.

Si bien nuestro país no podrá alcanzar las metas propuestas en los Objetivos del Milenio, habrá que reconocer, sin embargo, el valioso aporte ofrecido por Marcos Díaz, el ya mundialmente conocido nadador dominicano, al completar exitosamente el compromiso asumido en su proyecto Nado de los Continentes (Swim across the Continents), que se constituyó en una herramienta de promoción y concienciación para despertar la sensibilidad de los líderes del mundo en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

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