Es indiscutible que el tema obligado por ahora y durante mucho tiempo por venir es el de la situación en que se encuentran la mayoría de las economías del mundo, ante el desplome de prácticamente de todos los indicadores resultantes de las gestiones llevadas a cabo por los sectores productivos en esas naciones.

Con la economía norteamericana encabezando el desplome, son los países de Latinoamérica y el Caribe quienes, primordialmente, deben asumir una filosofía de pro-actividad en sus políticas de gestión gubernamental que les permita, sino blindar sus economías, por lo menos resistir las aterradoras predicciones de los expertos, con respecto al futuro inmediato de la economía global.

Una fórmula inteligente de enfrentar este incierto futuro es haciendo uso del benchmarking un recurso que se orienta hacia la utilización de las mejores prácticas ya empleadas exitosamente por otros países líderes  a escala internacional, en términos de su PIB e ingreso percápita. 

Es el caso del llamado milagro Irlandés. Apenas unas cuantas décadas atrás muchos lo consideraban como un país inviable por los bajos niveles de desarrollo que en ese tiempo exhibía habiendo sido catalogado como el paria de la Europa del Oeste. Hoy es un ejemplo a seguir, con niveles de PIB cercano a los 188 mil millones de dólares y un ingreso percápita sobre los 45,500 dólares anuales.

Tomando este ejemplo como modelo a seguir e invitados por Eddy Martínez, director  del CEI-RD, estuvieron en el país la semana pasada dos destacados consultores del IDI (International Development Ireland), quienes impartieron un seminario a un grupo selecto de ejecutivos de esa institución acerca de las mejores prácticas en la gestión de atraer la inversión extranjera al país y de cómo hacer más eficiente la labor de exportar nuestros productos hacia el exterior.

La jornada fue altamente productiva por cuanto el IDI ha sido uno de los pilares en el cambio experimentado en la economía de Irlanda en las últimas décadas. Esta institución desarrolla proyectos en zonas francas y parques industriales, en la promoción de inversión extranjera, exportación y promoción comercial, desarrollo turístico, diseño de programa gerencial asociativo y reestructuración financiera institucional y privatización.

Existe el conocimiento sobre cómo hacerlo. El objetivo claro de hacia donde ir. El talento para llevarlo a cabo y la voluntad  para cumplirlo. Contando con los recursos necesarios la misión es que la República Dominicana se convierta, en un tiempo no muy distante, en la Irlanda del Caribe.