Hoy 
La Industria del Marketing, la Publicidad y los Medios de Comunicación. ¡OH! Sagrada Publicidad, cuantos genios aparecen en tu nombre.
Nueva vez nos encontramos en la época del año en que las tiendas y los llamados Malls se visten de gala para recibir a los miles de potenciales consumidores durante su período más productivo en términos de ventas, cuando estos últimos se aprestan a recibir y a gastar el dinero extra a que son acreedores en esta tradicional temporada de celebraciones cristianas y de jubileo pagano.
De ese modo este período se convierte por mucho, y a pesar de la debacle presentada este año en los Estados Unidos, nuestro principal socio económico, en la más grande oportunidad que tiene la industria de la venta al detalle para colocar sus mercancías y hacer de la misma una fuente segura de beneficios económicos en el fin de año.
La supervivencia de muchas tiendas, en consecuencia, depende de las ventas que estas puedan llevar a cabo en este tiempo. Por tanto, los detallistas hacen lo que sea para insuflar en la gente el espíritu navideño de compras y para atraerlos a sus tiendas.
Decoraciones festivas, grandes anuncios, explotación de la figura de Santa Claus, los símbolos representativos de la temporada navideña y todo el resto de actividades conexas forman parte de ese proceso de persuasión publicitaria y acción mercadológica, característica de esta sentimental y emotiva época del año.
Harina de otro costal son las dificultades por las que han venido atravesando los mercados internacionales al producirse una declarada recesion en las economías de los países más desarrollados. De algún modo en el terreno local hemos podido sortear las dificultades propias de un país como el nuestro dependiente de los vaivenes producidos en esos países, muchos de ellos compradores y usuarios de los productos y servicios que ofertamos.
Lo que viene sucediendo en las calles de nuestro país, en cambio, como parte de la dinámica comercial de este entorno navideño, indica el poco caso que la ciudadanía le ha otorgado a los augurios de crisis planteados por muchos analistas y opinadores de la situación económica nacional.
Esa conducta del dominicano ante el panorama de crisis internacional parece compaginar con las cifras dadas por el Banco Central en las cuales señala que no obstante la inflación acumulada a septiembre de este año haber alcanzado dos dígitos (10.76%), la drástica reducción en los precios internacionales del petróleo ha producido una disminución en los combustibles y en el transporte a nivel interno, que ha permitido que en octubre y noviembre los precios internos registraran tasas de crecimiento negativas de -1.05% y -3.28%, respectivamente.
