Trípode
Publicidad engañosa y malsana

<STRONG>Trípode<BR></STRONG>Publicidad engañosa y malsana

La Industria del Marketing, la Publicidad y los Medios de Comunicación. ¡OH! Sagrada Publicidad, cuantos genios aparecen en tu nombre.

Entre las muchas vicisitudes que confronta el consumidor dominicano de hoy para realizar sus compras y suplir sus necesidades diarias de toda índole, el que concierne a la publicidad engañosa es uno de los más graves por las implicaciones que tiene para su bolsillo y su salud.

Las quejas no se hacen esperar, a pesar de la opinión generalizada de que el dominicano es el ser más conformista que existe sobre la tierra. Esa situación es la que se refleja en la información dada por el Instituto Nacional de Protección a los Derechos del Consumidor (Pro-Consumidor) en su resumen de operaciones del primer semestre del presente año.

No es de extrañar que en sus labores de supervisión a los centros de expendio de alimentos así como a ciertos establecimientos y tiendas de electrodomésticos, este organismo haya encontrado 135 faltas de esta índole en el primer grupo y 14 en lo que respecta al segundo.

Es de muy mal gusto, por ejemplo, que el consumidor se entusiasme con una oferta aparecida en uno de los medios de comunicación, ya sea escrito, radial o televisivo y ahora también del mundo de la virtualidad, aceptando en principio el sacrificio de obtenerlo en el establecimiento que lo publicita, para luego encontrarse allí con que “ya se agotó la existencia” y/o el precio no es el mismo, la calidad no se compadece con lo promovido en el anuncio o enterarse cuando regrese a la casa que el producto ha sobrepasado su etapa de vencimiento.

La práctica se tipifica como un engaño; por tanto es producto de una debilidad humana, consustancial a todos los países y mercados del mundo en donde existe por lo menos el libre mercado y la facultad que tiene el consumidor de decidir en la escogencia de los bienes y los servicios necesarios para su diaria subsistencia.

La gran diferencia del uso de este recurso en los países desarrollados y los no desarrollados o en vías de desarrollo es que en los primeros las tentaciones comerciales son reprimidas por la severidad de las sanciones que enfrentan lo violadores de las normas y los estatutos que la rigen, ante el más mínimo desliz en que pudieran incurrir en su gestión de comercializadora. La generalidad de los países desarrollados rige su accionar publicitario en base a reglamentos y códigos de autorregulación. En el caso específico del Reino Unido el Advertising Standards Authority (ASA), supervisa y actúa para asegurar el cumplimiento del Código de Publicidad, Promoción de Ventas y Marketing Directo.

El referido Código es el conjunto de reglas redactado por la industria de la publicidad con el compromiso de cumplirlas a cabalidad.

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