Trípode
Sobre el reinado del “Rating Mórbido”

<STRONG>Trípode<BR></STRONG>Sobre el reinado del “Rating Mórbido”

Hasta cuándo tendremos que seguir aceptando que los medios de comunicación principalmente los televisivos y radiales, continúen ejerciendo la práctica de alcanzar mayor audiencia mediante el uso del “rating mórbido.” La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de sectores preocupados por esta malsana tendencia, es  el programa de televisión “Lo Prohibido” producido por una  figura artística del canto con amplio historial en ese género del entretenimiento, en el q      ue se vio  a un hombre mostrar su parte íntima, sin el menor rubor.

Confieso que sintonicé ese programa inducido por la costumbre de escuchar todas las tardes el programa “El Mismo Golpe” del genial humorista Jochy Santos, al cual llaman con regularidad  oyentes para denunciar lo que entienden como una transgresión a las normas morales y a las buenas costumbres practicadas en el programa. Lo lamentable del caso es que esta acción viene como resultado del nivel de “lesser faire” del que  ha adolecido  la comunicación dominicana desde los días en que el país superó las amarras dominantes de la dictadura de Trujillo.

La  obsoleta Comisión Nacional de Espectáculos Públicos creada mediante la Ley  1951 del 3 de marzo de 1949 sobre la Reglamentación de Espectáculos Públicos y Emisiones Radiofónicas mantenía bajo control absoluto el contenido a difundir por los medios de esa época. Los  esfuerzos de determinados sectores de la comunicación durante cerca de 5 décadas, en procura de legislar sobre la materia y poner orden a tiempo a la tendencia del uso desmesurado de los medios de comunicación han resultado infructuosos, llevándonos al desagradable acto escenificado en el programa en cuestión.

Los tiempos actuales en que impera la libertad de expresión y domina la tecnología de la información y el conocimiento es improbable pensar el poner en manos de los legisladores dominicanos una tarea tan delicada y de tanta trascendencia para el sano desenvolvimiento de nuestra vida en sociedad. El camino más correcto para encontrar solución a la tentación de usar el recurso del “rating mórbido” como anzuelo para alcanzar niveles de audiencia fuera de lo normal, es la creación de un Consejo Nacional de Autoregulación (CONAR). Por ejemplo, la autorregulación en materia de programación televisiva es una exigencia reclamada  desde hace tiempo por instituciones comunitarias de Europa. Está vigente en la Resolución del Parlamento Europeo, del 24 de octubre de 1997, sobre el Libro Verde relativo a la protección de los menores y de la dignidad humana en los nuevos servicios audiovisuales y de información.

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