La reconocida empresa automotriz japonesa Toyota tendrá que esperar por lo menos 2 años más para determinar el nivel del daño que su hasta ahora prestigiosa marca ha sufrido, debido al  impacto provocado por los llamados a revisión de 4 de sus modelos entre el 2004 y el 2010, incluidos  los más vendidos Corola, Camry y el híbrido Prius, además la camioneta Tundra. La crisis por la que atraviesa la Toyota le ha sobrevenido  en el momento que los analistas de la industria automotriz consideraban estelar para la consolidación de su posición como principal vendedor de autos en el mercado de E U, debido a las dificultades por las que venían atravesando sus competidores General Motors y Chrysler. La gravedad del caso se magnifica por  el cuestionamiento que viene a  golpear a la firma en la calidad y confiabilidad, dos pilares sobre los que se ha construido y consolidado la marca a través del tiempo.

 En términos de reputación el Consumer Report, la organización que hace  encuestas entre los consumidores de productos automotrices lo situó como una de alta confiabilidad con una opinión favorable de 196 puntos, delante de la Ford que obtuvo solo 141 puntos. Entre los aspectos a destacar del estudio  realizado a final de  2009, antes de que explotara la crisis, está en primer lugar la seguridad, seguida de la calidad, valor, desempeño y diseño categorías que definen la preferencia de los consumidores por esta marca. El riesgo de que la Toyota cayera en esta crisis se inició en  2008 cuando la empresa japonesa alcanzó  el liderazgo mundial de la industria obteniendo una cuota de mercado de 13.3% superando de esa manera a la líder norteamericana General Motors que quedó en segundo lugar con el 11.9%. Esto le obligó a buscar rápidamente a nuevos distribuidores, ante la imposibilidad de suplir la creciente demanda con sus tradicionales socios, aumentando de ese modo la posibilidad de las fallas que se ventilan en estos momentos.

Con respecto al mercado de los E U, Toyota se inició allí a mediados de  1960 pero su despegue tomó cuerpo a principios de este siglo, tiempo en que logró una cuota de mercado cercano al 10% aprovechando esta circunstancia para luego seguir creciendo y tomando ventaja de las dificultades por las que atravesaban las grandes corporaciones automotrices de ese país General Motors, Chrysler y Ford. Muchos analistas y consultores internacionales de la industria automotriz no se atreven a hacer pronósticos finales sobre las condiciones en que quedará  la marca luego de los escarceos. Entendemos que solo el correr del tiempo dirá quien tiene la razón.