Triste realidad

Triste realidad

MANUEL A. GARCÍA SALETA
No hay duda que el pueblo dominicano debe sentirse frustrado por la actitud que han asumido los funcionarios que han sido designados para asumir la responsabilidad de cambiar todas las malas acciones que llevaron a cabo las anteriores autoridades durante el gobierno que hicieron en los últimos seis años, el Partido Revolucionario Dominicano, que dejó una catástrofe económica tan grande prácticamente en quiebra al gobierno dominicano.

Hace justamente un mes y cinco días que los senadores y diputados tomaron posesión de sus curules y sin embargo durante ese tiempo se han dedicado a hacer consensos para realizar la designación de los miembros de la Junta Central Electoral, asunto que es sumamente importante para tener unas elecciones en el futuro, serias y responsables, y que el pueblo pueda conocer los resultados a las cinco horas de haber cerrado las urnas y no tener que esperar 32 días para conocer la verdad.

Tienen que ser los senadores actuales que designen esos jueces, y al escogerlos deben dar una demostración y un ejemplo para todos los políticos, que al nombrarlos, ninguno de ellos sean miembros del PLD, pero tampoco de ninguno de los otros partidos. En este país hay hombres, abogados, por excelencia, que puede el Presidente señalarlos, porque los hay, serios, responsables, valientes, honestos y capaces de ayudar a poner el orden en este bendito país, en el cual todo el mundo cree que tiene derecho a opinar, sin tener la mínima condición que requiere el desempeño de esas funciones.

El asunto de la designación de los miembros de la JCE, parece ya un relajo, cuando hay 150 personas queriendo ser nominadas. Al ver tantas gentes solicitando para ese cargo me da la impresión que van tras un tesoro que los hará rico rápidamente. La esperanza de todos los dominicanos es que eso no pueda volver a suceder.

Cambiando de tema, queremos decirle al Presidente Fernández que tiene que ponerle atención a las cosas que están sucediendo en su ausencia, como es la huelga de choferes oponiéndose a las sentencias que los jueces han dado, porque eso es indicativo en lo que están los afectados, porque con el dinero que tienen ellos pueden movilizar y hacer maldades, no solamente en contra de Usted, sino también al pueblo que lo derrotó en las elecciones pasadas.

Por cierto hablando de dinero, porque no comenzamos a tratar de averiguar donde están los dineritos, que ganaron esos funcionarios públicos, con el sudor de su frente, según ellos.

Si mal no recuerdo, creo que existe un convenio entre los USA y la República Dominicana, que a solicitud de una de las partes pueden informarle al Gobierno que solicite los fondos depositados en ese país. En esas mismas condiciones está España, Canadá, Jamaica y otras islitas por ahí. Esto es bueno hacerlo, porque conociendo esa situación de esos ricos, quizás esos señores deciden cooperar y ayudar a la clase pobre que sufre lo indecible actualmente.

Parece que el honorable Presidente de la República no se está dando cuenta que el tiempo está transcurriendo y ya su gobierno tiene dos años, y todavía no se están realizando sus proyectos a la altura que lo exige esta sufrida sociedad.

En otro orden de cosas me gustaría que se le diera más atención a las reclamaciones que hacen los infelices que viven en zonas tan penosas, donde no tienen agua ni luz a pesar que ellos son partes importante de nuestra sociedad. Ver los niños desnudos, moqueando y pidiendo limosna para poder existir; esa realidad debe conmover a todos aquellos que viven en un mundo de bienestar, con toda las comodidades que la riqueza les ofrece, olvidando que en este país existe una miseria terrible que afecta a millones de dominicanos que viven como verdaderos animales.

Ver a esos hijos de papi y mami, derrochando tantas cosas sin saber el sufrimiento por lo que atraviesan esos seres humanos, no tiene perdón de Dios. Posiblemente a esos que ahora le llaman nuevos ricos, pasaron por crisis parecidas, pero no quieren recordar esos tiempos porque ya no tienen conciencia y no les interesa que la sociedad conozca su origen. Debieran sentirse avergonzados.

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