El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) arriba hoy viernes a su 50 aniversario con pocos motivos para celebrar, dado el deterioro institucional en que se encuentra, producto de los desaciertos de una dirección obsoleta que se aferra a su alto mando y que, por segunda ocasión, ha impuesto en la candidatura presidencial a un candidato sin el liderazgo nacional suficiente para concitar simpatías ni siquiera a lo interno de la institución.

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Eso explica por qué tantos dirigentes y militantes del partido morado han emigrado a la Fuerza del Pueblo y al PRM mientras que viejos y veteranos miembros de sus organismos directivos han optado por mantenerse al margen de una campaña en la que todas las encuestas dan al PLD un lejano tercer lugar en las preferencias electorales del pueblo dominicano pese al discurso altisonante de su candidato.

El próximo proceso electoral será determinante en el futuro de esa organización política cuyo candidato presidencial ha demostrado tener poco tacto en asuntos tan delicados como la elección de los nuevos miembros del Tribunal Constitucional, proceso en el que, el representante de su partido votó a favor del candidato objetado por Abel Martínez lo que representa una mala señal de cómo andan las cosas a lo interno del partido morado.