En muchas personas las fiestas de Navidad y de fin de año suele producir tristeza; de seguro que a más de uno hemos escuchado decir “a mí no me gusta la Navidad; el fin de año me entristece”.
Algunas por motivos justificados, pérdidas de algún ser querido, decepciones emocionales ocurridas en esta época, recuerdos desagradables, un sinnúmero de causas.
Ahora bien, la tristeza este 2020 de seguro que atrapará no solo a quienes suelen tener este sentimiento, años tras años, en ellos se incrementará, y podría abarcar a una población más amplia, debido a la condición atípica que vivimos: una situación sanitaria global que ha llevado pérdida a millones en el mundo.
Como ya dijimos, son diversos los motivos por los que hay personas que rechazan este periodo festivo, y que incluso llegan a desear que concluya rápido el año, en este caso el 2020, podríamos incluso justificar esos deseos, ya que ahora más que nunca la mayoría está apostando a un año 2021 diferente, esperanzador, con vacuna anticovid-19, un año mejor.
Por eso, esa población que se caracteriza por angustiarse con estas festividades, porque entienden que todo lo que conllevan estas celebraciones con familias y amigos constituye un conflicto, este 2020 podría ampliar el número de afectados.
Con la finalidad de llevar consejos avalados por un experto de la conducta, respecto de este tema, consultamos a la psicóloga Indhira de la Cruz terapeuta familiar, de parejas y especialista en violencia intrafamiliar.
Indica la especialista, que realmente en esta época hay personas que tienden a padecer nostalgia, depresión, lo que científicamente se le conoce como “blues de Navidad”, lo cual no es considerado como un trastorno, sino como un estado de ánimo negativo y temporal.
Explica que esta depresión estacional, sin dudas este año 2020 impactará mucho más en las personas que normalmente la padecen, debido a la existencia de la covid-19.
Precisa que quienes sufren de este estado de ánimo, algunos por genética, con la situación actual se le agravará; por múltiples motivos, pérdidas desde diferentes vertientes: físicas, económicas, de trabajo, de las clases presenciales, pero también pérdidas, que no se ven, como son el cumplimiento de los sueños, las esperanzas, expectativas no cumplidas.
“Este año estamos todos sumidos en un proceso de duelo de una u otra forma, del cual aún no salimos, por lo que debemos estar muy atentos en los síntomas, tanto de quienes suelen deprimirse en esta época como de los que no, ya que debido a las pérdidas mencionadas a todos podría darnos nostalgias o bien sumirnos en una depresión profunda”.
“Hay que estar atentos a los familiares y amigos, sobre los síntomas, tales como apatía por las fiestas, falta de sueño, llantos, desinterés en arreglarse, bañarse…,porque razones hay este año, debido a la situación existente, y se podrían agravar”.
Consejos para combatir la tristeza. La psicóloga Indhira de la Cruz recomienda en primer lugar: Aceptar que todo el mundo está viviendo un proceso de duelo, por un año en el que no ha sido posible lograr los objetivos y sueños creados.
Tener resiliencia para aceptar la realidad actual, y para enfrentar las adversidades que podría traer el año venidero, para poder “renacer fortalecidos y siendo mejores seres humanos”.
Aconseja también la experta de la conducta, que es necesario saber identificar los sentimientos negativos que podrían aparecer en algunos momentos de las festividades, producto de distintas situaciones, para sustituirlos de inmediato por pensamientos positivos.
Indica De la Cruz, que luego de identificar cualquier pensamiento negativo que lleguen a la memoria, es importante empoderarse ante la negación, y tratar de hacer actividades que produzcan placer, hacer cosas que les gusten: leer, hacer algún deporte, compartir con familiares y amigos con quienes les satisfaga conversar, interactuar…
Asimismo, la especialista considera de suma importancia cuidar la alimentación, evitar por todos los medios la ingesta excesiva de alcohol, ya que esto podría desestabilizar mucho más el estado de ánimo de las personas.
Otra recomendación que la psicóloga considera clave, es no enfocarse en las pérdidas que se tuvieron en el año que concluye, sino en las pequeñas cosas obtenidas.
Hacer una lista de agradecimiento de todo lo que sí pudieron lograr este año, a pesar de la situación de la crisis sanitaria mundial por la covid-19: los aprendizajes, las confirmaciones divinas y todo lo aprendido de este año atípico.
Y, por último, recuerda “enfocarnos en las cosas positivas, entender que estamos viviendo en un momento de transición, y que ya estamos poco a poco saliendo de este proceso de pandemia, que ya estamos viendo el final y la luz; aceptar que estamos concluyendo con una etapa que nos tocó vivir como generación, como familia, como humanidad.
Saber, dice, que pronto vamos a pasar a una próxima etapa en la que podremos vivir nuevos proyectos de vida.