¿TRISTEZA O DEPRESIÓN?

¿TRISTEZA O DEPRESIÓN?

GUATEMALA EEUU HONDURAS CARAVANA:GU701. TECÚN UMÁN (GUATEMALA), 21/10/2018.- Una migrante hondureña mira por la ventana del autobús que la regresará voluntariamente a Honduras desde Tecún Umán (Guatemala) hoy, domingo 21 de octubre de 2018. María estuvo en la caravana de migrantes hondureños por más de una semana, pero el cansancio y la incertidumbre hizo que decidiera regresar a su país. Más 2.000 hondureños que integraban la caravana de inmigrantes que salieron el día 13 de Honduras con la intención de llegar a EE.UU. han decidido retornar al país de manera voluntaria, informó hoy una fuente oficial. EFE/ESTEBAN BIBA

La principal diferencia entre la tristeza y la depresión es la intensidad, la duración y, sobre todo, el motivo. Es habitual que una persona con depresión no sepa exactamente el motivo de su tristeza, simplemente está triste todo o casi todo el tiempo. Puede sentir que todo va mal, aunque realmente no tiene pruebas de que sea así”, señala la psicóloga María José Collado.

No obstante, afirma que a veces sí hay un motivo, como puede ser un despido o la pérdida de una relación de pareja, pero la reacción emocional es exagerada. Es decir, en estos casos la persona reacciona con sentimientos de culpa o inutilidad que no son coherentes con la situación.

En cambio, “cuando una persona siente tristeza, sabe la razón, tiene un motivo. La tristeza se ciñe a la situación, es acorde a la intensidad de lo que se ha perdido y no abarca un espacio largo de tiempo”, aclara.

Del mismo modo, el psiquiatra Manuel Martín Carrasco afirma que no hay que confundir la depresión con la reacción normal de tristeza ante alguna circunstancia que nos afecta.

“La depresión siempre tiene un sello de injustificación o reacción desproporcionada que la diferencia de los altibajos en el estado de ánimo que todos podemos tener”, recalca.

María José Collado comenta que, a veces, la diferencia entre tristeza y depresión puede ser difusa, pero la duración y la intensidad son claves.

Además, “en la depresión siempre hay otros síntomas añadidos, como por ejemplo, insomnio o hipersomnia, cambios en el apetito, apatía, falta de deseo sexual, cansancio, irritabilidad excesiva, etc.”, puntualiza.

La especialista explica que si queremos identificar una depresión en una persona cercana, es importante fijarnos en si está dejando de hacer cosas que antes le gustaban y en si ha experimentado cambios en su estado de ánimo y en su peso.

No existe una causa única. Pero, ¿por qué aparece la depresión? Pues, como ocurre con otras muchas enfermedades, no hay una única causa.

“La depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas (desempleo, luto, traumatismos psicológicos) tienen más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, lo que empeora la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia depresión”, subraya la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta entidad recalca que se trata de una enfermedad frecuente, que padecen más de 300 millones de personas en el mundo. “Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración y tiene intensidad de moderada a grave. Puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos, puede llevar al suicidio”, añade.

Tratamientos eficaces. No obstante, hay tratamientos eficaces para la depresión. Consisten principalmente en terapia psicológica y, en algunos casos, también es necesario un tratamiento farmacológico.

“Con la psicoterapia se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional; se intentan corregir los pensamientos distorsionados; se explica el carácter temporal y se desdramatiza la situación; se consigue la participación del paciente en el proceso curativo y, por último, se enseña a prever las posibles recaídas”, describen los especialistas de la Clínica Universidad de Navarra (España).

“Como tratamiento farmacológico se utilizan antidepresivos, ansiolíticos y otros fármacos coadyuvantes, como las hormonas tiroideas, el carbonato de litio o los psicoestimulantes”, apuntan. “Es importante buscar ayuda profesional cuando se sospecha que se puede estar sufriendo una depresión. Muchas personas esperan durante demasiado tiempo antes de buscar ayuda. Sin embargo, este paso no se debería posponer. Cuanto antes vea a un especialista, antes comenzará a caminar por la senda de la recuperación”, subrayan los expertos del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. “Es necesario pedir ayuda si uno nota que está perdiendo calidad de vida y bienestar, especialmente cuando sienta que no está funcionando adecuadamente”, comenta Collado.

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