La recurrente tempestad en un diminuto vaso de agua y la proclividad al escándalo tan consubstancial en el PRD quedó superada en la JCE el día ocho del presente mes, cuando el presidente Leonel Fernández y el presidente del PRD, Miguel Vargas, acordaron ampliar el Centro de Cómputos a nivel de tres, uno del PLD, otro del PRD y uno de la Iglesia Católica.

Y se queda como director Franklin Frías, que originalmente habían consensuado los jueces del tribunal electoral, y la algazara se explica por quien la orquestó siente perdido a sus mandantes políticos, pues de otra manera no se explica tanta bulla. ¿O se explica?

En baseball quien gana el juego es el pitcher, y en este caso, el doctor Roberto Rosario, presidente de la JCE, con los asesoramientos de quienes fuesen, idénticos a los logros de los gobernantes, producto de sus equipos, pero los resultados  son suyos.

Los temores  iniciales que orquestaron los innecesarios ruidos, de entenderse perdidos en el certamen cívico, fue detectado, por fortuna, a tiempo por la ciudadanía, conforme la encuesta diaria que publica El Nacional, en esta ocasión, la del 23 de enero, en la que el 8l% de los consultados estimaba que el escándalo auspiciado por el PRD en la JCE no afectaría la transparencia de la justa comicial. Ese sondeo traduce una conciencia clara del electorado de 6.5 millones aptos para ejercer el sufragio en el certamen de mayo 20 próximo, una prueba reiterada de la confianza que genera el doctor Rosario en la ciudadanía al frente de sus delicados compromisos.

En esa concepción ciudadana en la conducción del tribunal electoral, ampliado ahora en la nueva conformación del Centro de Cómputos, el proceso electoral es de suponer que no tendrá más tropiezos hasta el final de su jornada de organizar los comicios, que costarán al contribuyente la bicoca de RD$3,400 milloncitos.

El doctor Rosario hizo entrega el 22 de enero a los partidos del padrón electoral que consta de 6,504,943 sufragantes aptos.