BRASILIA (EFE).- El primer contingente brasileño para la nueva fuerza multilateral de paz en Haití embarcará hoy viernes y será el mayor en una tropa internacional que «está lejos de alcanzar los 6.700 soldados previstos», dijo hoy a EFE el general brasileño Augusto Heleno Pereira, que comandará dicha fuerza.

«Todavía estamos lejos de alcanzar el efectivo militar planeado por la ONU. Tal vez a fines de julio próximo podremos contar con los 6.700 soldados previstos», señaló el oficial, quien considera que iniciará su misión al comando de unos 3.000 militares.

Hasta ahora, Argentina (aun falta la aprobación del Parlamento), Brasil y Chile han confirmado el envío de tropas para sustituir a los 3.600 efectivos militares estadounidenses, franceses, canadienses y chilenos actualmente en Haití.

Esos soldados llegaron a la isla caribeña en marzo pasado bajo el auspicio de las Naciones Unidas para estabilizar el país tras la renuncia de Jean-Bertrand Aristide a la presidencia.

Unos 500 soldados de Argentina, cerca de 590 de Chile, que se sumarán a otros 300 que ya están en la ex colonia francesa, y 1.200 de Brasil serán enviados a Haití en las próximas semanas.

Pereira comentó que los gobiernos de Uruguay y Paraguay han dado señales de que enviarán tropas; que algunos batallones canadienses tienen previsto permanecer en Haití por otros 90 días y que un batallón nepalí deberá integrar la nueva fuerza multilateral.

Con relación a Brasil, su primer contingente embarcará mañana, viernes, rumbo a Puerto Príncipe: 42 oficiales viajarán en avión desde Brasilia, y 98 soldados y 65 infantes de marina zarparán desde Río de Janeiro en un viaje de unos 15 días.

Otros embarques de batallones serán hechos por vía aérea y marítima hasta el 24 de junio, cuando llegará a territorio haitiano el último de los soldados enviados por Brasil.

El general brasileño, que ha dedicado 38 de sus 56 años al Ejército, en donde ha ejercido entre otros el comando de la Escuela Preparatoria de Cadetes, de la Quinta Brigada de Caballería Blindada y de los Centros de Capacitación Física y de Comunicación Social, viajará a Haití el sábado próximo.

El principal objetivo es hacer que la fuerza multilateral «logre conquistar el apoyo de la población haitiana, de modo que nos vean como un grupo amigo que ha ido al país para ayudar, sin intereses políticos o económicos», dijo.

Representante de un gobierno que condicionó su participación militar en Haití al compromiso de que la ONU impulse la contribución de países ricos en el desarrollo de la ex colonia francesa, Pereira se hizo eco de esa posición.

«Los países más ricos tienen que invertir en Haití para mejorar las perspectivas de futuro y las condiciones de vida de sus habitantes», subrayó en sus declaraciones a EFE.

A su juicio, sin desarrollo en Haití será difícil reconstruir el país, fortalecer sus instituciones y recuperar la democracia.

Pese a las dificultades que espera encontrar en los primeros días en Haití, el general dijo confiar en que, como nació en un país con tradición pacífica y que cautiva a otros pueblos por ser una «potencia en el fútbol», será apoyado tanto por los haitianos como por los militares de distintos países que comandará.

Respecto a la tropa brasileña, su comandante, el general Américo Salvador de Oliveira, coincidió con Pereira en que la fama de Brasil como país del fútbol será una buena «credencial» para permitir un acercamiento a los haitianos.

«Brasil ya participó en otras misiones de paz, como en Angola, Timor Oriental y Egipto, y por eso tenemos experiencia en saber lo que nos espera en Haití y cómo debemos actuar», dijo De Oliveira, que también ha dedicado 38 de sus 56 años de vida al Ejército.