PUERTO PRINCIPE (AP) Tropas chilenas iniciaron el lunes el patrullaje de la ciudad de Hinche, considerada de estratégica importancia en Haití.

El despliegue forma parte del primer contingente de una fuerza multinacional en ser emplazado en esta planicie central en poder de los rebeldes, que iniciaron una revuelta para derrocar al ex presidente Jean-Bertrand Aristide.

Las tropas chilenas llegaron a Hinche después de un acuerdo suscrito con el sargento Joseph Jean-Baptiste, que se apoderó de la ciudad en la segunda semana de la rebelión y ha mantenido su control desde entonces. El pueblo está situado a 113 kilómetros del noreste de la capital haitiana.

Los chilenos admitieron que son superados ampliamente por unos 400 rebeldes estacionados en Hinche y en pueblos aledaños. Sólo 15 agentes policiales han regresado a sus puestos desde la revuelta de febrero.

Entretanto, el gobierno interino anunció planes para despedir o transferir a casi 800 empleados que trabajaban para Aristide en el palacio presidencial.

Sólo continuarán trabajando 125 de los 620 guardias de seguridad de palacio, y otros 272 empleados administrativos serán despedidos, anunció el lunes el director de gabinete, Michel Brunache, sin dar razones por los despidos y las transferencias.

El ex jefe de seguridad de palacio, Oriel Jean, de 39 años, fue extraditado de Canadá a Estados Unidos el mes pasado por cargos de tráfico de drogas.

Los funcionarios palaciegos también han sido acusados de dar instrucciones a las pandillas callejeras que atacaban a los opositores de Aristide.

Sectores leales a Aristide o a su partido Lavalas abandonaron los cargos de funcionarios del gobierno y de la policía durante la rebelión. Muchos abandonaron sus puestos por temor a represalias.

La carencia de personal policial ha obligado al nuevo gobierno a reclutar nuevos miembros. Miles de aspirantes formaban largas filas el lunes frente a una oficina de inscripción de solicitantes. La semana pasada se suspendió la inscripción de candidatos al producirse una estampida de aspirantes deseosos de ser contratados.

Menos de la mitad de la fuerza policial de 5.000 agentes volvió a ocupar sus puestos desde que Aristide se marchó el 29 de febrero, lo cual ha dificultado que el nuevo gobierno recobre el control de áreas tomadas por los rebeldes o ciudades que actualmente están controlados por pandilleros simpatizantes de los rebeldes.

En Petit-Goave, pueblo del sur haitiano, una pandilla callejera que contribuyó a derrocar a Aristide entregó siete armas en gesto simbólico el domingo.

Una fuerza de 3.600 pacificadores de Estados Unidos, Francia, Canadá y Chile tratará de ayudar a las desmoralizada fuerza policial de Haití.