Hoy 
GAZA (EFE).- Las tropas de ocupación israelíes impiden a las organizaciones humanitarias entrar en la ciudad de Rafah, en la franja de Gaza, donde miles de personas están sin agua y sin electricidad, mientras el Ejército anuncia que continuará los ataques sobre toda la región.
En la ofensiva iniciada hace tres días, que Israel denomina «Operación Arco Iris», los soldados han matado 43 palestinos y herido a más de 80, en ocasiones con bombardeos indiscriminados sobre manifestantes y un campamento de refugiados.
El coronel israelí Shmuel Zakai ha declarado hoy que el tanque el miércoles disparó contra una marcha de palestinos en Rafah recibió la orden de atacar por temor a que se tratara de una emboscada.
El temor se debió a la creencia de que los palestinos se proponían aislar a esos soldados, dijo el oficial militar a representantes de la prensa sin precisar más detalles.
Según fuentes de Rafah, 10 palestinos, varios de ellos menores de edad, perdieron la vida por el impacto de proyectiles del tanque israelí.
La brutalidad de las acciones de Israel fue condenada el miércoles por la noche por el Consejo de Seguridad de la ONU, por 14 votos a favor y la abstención de Estados Unidos.
También la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha «exigido» hoy en un comunicado difundido hoy en París el «libre acceso» de los organismos humanitarios a la población de Rafah.
MSF ha pedido además que «cesen los disparos contra civiles y las destrucciones masivas de viviendas».
Pero pese a la condena de la ONU y al llamamiento hecho por las organizaciones humanitarias, las tropas de ocupación bloquearon hoy el acceso a Rafah de los camiones con ayuda.
Tres camiones cargados con 1.000 paquetes de comida y 20.000 litros de agua mineral embotellada de la organización de ayuda humanitaria «Care International» fueron bloqueados hoy en la entrada del barrio de refugiados de Tel a-Sultán, informó en Rafah, Oscar Pinherio, representante de ese organismo estadounidense.
Asimismo, hasta el momento dos camiones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU no han podido acceder al barrio de refugiados, donde viven más de 17.000 personas.
Los habitantes del barrio de Tel a-Sultán, al oeste de la ciudad de Rafah, carecen de agua tras los graves daños causados por el Ejército israelí a las infraestructuras, informó hoy jueves el alcalde de esa localidad.
«Todos los pozos de agua y máquinas de bombeo y depuración se encuentran en el barrio de Tel a-Sultán y nos es imposible acceder a la zona porque ha sido tomada por el Ejército israelí», dijo Said Surub.
Varias máquinas de bombeo se han quedado sin combustible y ahora los más de 17.000 residentes del barrio de Tel a-Sultán no tienen ni agua ni electricidad
El Ejército israelí replegó hoy parte de sus tropas en la ciudad de Rafah y en Tel a-Sultán, pero anunció que continuará con la ofensiva sobre toda la región.
Israel justifica su ofensiva en la existencia en Rafah y Gaza de miembros de la resistencia palestina, que la semana pasada atacaron varios blindados de las tropas de ocupación y causaron una docena de bajas en el Ejército.
Tras los ataques, Israel comenzó también el derribo de decenas de casas de palestinos.
Fuentes militares israelíes declararon que el repliegue de hoy es sólo una reorganización de sus fuerzas, que continuarán en busca de milicianos, armas y explosivos.
Para protestar contra las operaciones del Ejército israelí, unas mil personas se concentraron hoy cerca del paso de Kisufim, entre la franja de Gaza e Israel, enarbolando banderas negras de luto y pancartas en las que exigían la dimisión de Sharón, y su titular de Defensa, Shaul Mofaz.
«El apoyo ciego de EEUU nos mata», «cesar la masacre en Rafah», «Bush y Sharón son lo mismo», «Sharón es un criminal de guerra», «fuera ahora», «fin a la ocupación», rezaban alguno de los carteles escritos en hebreo, árabe e inglés.
