BAGDAD,  (EFE).- El Ejército de EEUU anunció ayer que sus tropas mataron a seis presuntos insurgentes y arrestaron a otros 28 en una operación a lo largo de cinco días en la provincia de Al Anbar (oeste de Irak), informó el mando militar en un comunicado.

Según la nota, entre los muertos está el libio Husein Auad Husein, más conocido por su sobrenombre Abu Thabit, quien supuestamente tiene vínculos con milicianos extremistas en el norte de África y con la red terrorista Al Qaeda.

El libio había sido arrestado hace tres años en Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad, por cruzar la frontera de forma ilegal, pero después fue liberado.

Según los informes de inteligencia, Husein es responsable de haber ayudado a cruzar la frontera de Irak a al menos 30 “yihadistas” extranjeros provenientes del norte de África.

Los seis presuntos insurgentes murieron cerca de Karma, al este de Faluya, uno de los principales feudos rebeldes.

Según el comunicado, se descubrió una gran cantidad de armas en las operaciones, iniciadas el pasado domingo.

En otra nota, el Ejército de EEUU dijo que 18 de los 28 presuntos insurgentes arrestados en las operaciones fueron capturados ayer por paracaidistas en una casa sospechosa cerca de Shummar Garba, al noroeste de Bagdad.

EEUU cree que los detenidos han sido responsables de la colocación de artefactos explosivos contra vehículos militares EU, lo que ha causado centenares de bajas en sus filas.

 Asimismo, el comandante número dos del ejército estadounidense en Irak negó que Estados Unidos estuviera armando insurgentes para combatir a las fuerzas de la red Al Qaida, pero dijo que los militares están «tendiéndoles la mano».

 «Quiero poner una cosa muy clara: no estamos armando a estos grupos», dijo el teniente coronel Raymond Odierno a los periodistas en una teleconferencia desde Bagdad.

 En todo caso, Odierno sí admitió haber proveído 10 rifles de asalto a un destacamento de seguridad que estaba siendo «amenazado».

 «Lo más que puedo decir es que armamos a 10 personas de un destacamento de seguridad para un alcalde de un pueblo que estaba siendo amenazado. Y por eso le dimos diez AK-47.»

 «Aparte de eso, no le hemos dado armas a ningún grupo insurgente. Ellos tienen suficientes armas», dijo Odierno. «Quiero que las armas sean usadas en contra de Al Qaida pero no contra las fuerzas de coalición o las fuerzas de seguridad iraquíes».  Los grupos insurgentes nos tienden la mano y nosotros se la tendemos de vuelta. Quieren combatir  Al Qaida, y  “nos pueden ayudar».