Hay fuertes indicios de que modificaciones en los patrones de producción de la Unión Europea motivarán un repunte en la demanda de azúcar de caña. Estas circunstancias, hasta donde se ha dicho, colocan a la República Dominicana ante la perspectiva de beneficiarse de un trato preferencial en materia azucarera, de parte de la Unión Europea.

La situación viene a presentarse en momentos en que la industria azucarera estatal está en su peor situación, con ingenios destartalados que reclamarían enormes inversiones para hacerlos producir nuevamente.

Si antes de la capitalización de las empresas públicas los ingenios eran administrados de manera desastrosa y operaban como fuentes para cubrir los favores de la politiquería, después de ese proceso los centrales azucareros cayeron en la disfunción y el letargo, liquidados y canibalizados algunos de ellos por arrendatarios extranjeros que todavía tienen muchos compromisos por honrar.

-II-

Datos del Instituto Azucarero de la República Dominicana indican que la zafra 2005-2006 fue calamitosa en cuanto concierne a los ingenios de patrimonio estatal. La eficiencia de los productores privados, especialmente el Grupo Vicini y el Central Romana, salvó la situación en cuanto a los compromisos internacionales.

Ahora que hay repunte de la demanda de azúcar por parte de Europa y una especie de boom en la promoción del etanol como alternativa energética para aligerar la factura de hidrocarburos, es que se percibe cuán desastroso fue el modelo de capitalización que hizo sucumbir la industria azucarera estatal.

Lograr que produzcan de nuevo ingenios como el Central Boca Chica, que en términos reales se está cayendo a pedazos, requeriría erogaciones enormes y bastante tiempo de trabajo.

Resulta verdaderamente penoso que el Estado no pueda decir que se beneficiará del boom azucarero a través de sus propias industrias, o que podrá competir en la carrera por el etanol que se está promoviendo en todo el mundo.

Alguna vez nuestros tropezones nos obligarán a levantar los pies.