Tropiezos en el ordenamiento del tránsito terrestre

Tropiezos en el ordenamiento del tránsito terrestre

En este país siempre nos hemos regido por los improvisados y en el control del tránsito vehicular es alarmante lo que viene sucediendo. Cualquier estudiante de Ingeniería de Tránsito casi al graduarse, no cometería los deslices y disparates que se imprimen en las medidas que toman las oficinas encargadas de diseñar y controlar los diversos aspectos de la circulación vial en nuestras ciudades, principalmente en la Ciudad de Santo Domingo. ¿Quiénes son los responsables de los disparates, al instruir a policías de tránsitos, estacionados en los diversos cruces de la agitada ciudad capital? ¿Quién les indicó a esos policías que neutralicen los semáforos en las horas pico?

¿Por qué la existencia de tránsito preferente para altos funcionarios y altos jerarcas militares? Esto último resulta perjudicial para todos los conductores y en cualquier ciudad del mundo a ninguna autoridad desde el Presidente de la República hasta el más bajo funcionario, se atreverían a implantar medidas de ese tipo. La ley debe ser igual para todos, Aunque en República Dominicana las leyes se hicieron para los imbéciles y los pendejos.

En cualquier manual de tránsito pueden leerse los factores principales que afectan los requisitos mínimos, las características normativas que deben usarse al implementar las leyes reguladoras del tránsito, pero ignoramos todos los principios y se instalan semáforos y dirigen la corriente vehicular como les da la gana y entonces surgen los grandes embotellamientos vehiculares y la desesperación de los conductores convierten las vías en un caos de grandes magnitudes.

Hasta tanto en el país no se haga un estudio por técnicos bien calificados de las características del tránsito y la capacidad de las vías, así como no se establezcan las soluciones a los problemas de tránsito existente, no podemos tener un tránsito ordenado urbano o rural.

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