Tras una comida abundante es casi inevitable sentir somnolencia, sopor y pesadez.

Si después de comer necesita concentrarse, será mejor que sea comedido con las raciones y que escoja alimentos de fácil digestión, para que no se sienta pesado o le entre sueño.
Para ello, se aconseja seguir algunas recomendaciones a la hora de ingerir los alimentos.

-Racionar la comida diaria en cinco o seis ingestas. Esto evita comer grandes cantidades de una vez, así se garantiza el aporte de nutrientes de forma progresiva y ordenada y se evitan desarreglos en la glucemia y se combate la irritabilidad, fatiga, cansancio, pérdida de memoria y de concentración… ¿los tentempiés? fruta (entera o zumo), barritas de cereales, frutos secos o yogur desnatado.

-Controlar el consumo de alimentos grasos. Los fritos y estofados o guisos con exceso de aceite o con carnes muy grasas quitan energía. Evita salsas, condimentos, picantes, y alimentos excesivamente azucarados.

-Optar por platos que contengan frutas y vegetales. Estos no requieren largas y complejas digestiones, y aportan muchas vitaminas útiles al cerebro.

-Comer despacio y en ambiente tranquilo. Le transmitirá una grata sensación de bienestar y relax, así solo comerá la cantidad necesaria.