Refiriéndose a las grandes empresas que han estado recurriendo a “cambalaches fiscales” por años para minimizar el pago de impuestos, la Comisión Europea ha declarado que “tienen que pagar donde hacen caja. Una parte en Estados Unidos, otra parte en Europa. Que se preparen para hacerlo”. La artimaña, mayor parte legal, no es nueva ni era desconocida. Se ha estado sustentando en prácticas de “paraíso fiscal” existentes en el mismo seno de la Unión Europea, por sorprendente que pueda resultar, latente en el corazón de un “abanderado” contra los “paraísos fiscales”.
Aunque el escándalo ahora ha sido mayúsculo por denuncias de que las grandes multinacionales han estado evadiendo el pago de impuestos por miles de millones de dólares utilizando trucos pseudolegales que, sin embargo, son conocidos y han estado identificados. Desde hace más de cinco años las autoridades de la Unión Europea – UE – han diseñado un programa de armonización de sus sistemas fiscales sin que haya encontrado la voluntad política para imponerlo a aquellos socios que ofrecen beneficios fiscales abusivos para atraer compañías. Mientras que sus líderes declaran que no quieren “trajes fiscales a la medida” lo cierto es que se los siguen poniendo y los lucen por los parlamentos europeos, y hasta por sus cortes. Ésta exigiendo que Apple le pague a Irlanda 13 mil millones por concepto de impuestos no pagados – la tasa impositiva que estuvo pagando era de apenas 0.1% (no está equivocada la cifra) – a la vez que reconocen que son prácticas también en uso en Luxemburgo y Holanda. El truco era abierto, la UE dice que las “divergencias entre los impuestos de los Estados miembros han permitido planificaciones fiscales agresivas durante la última década”. Además de en Apple también tiene puesto los ojos en Starbucks y Amazon, entre otras. Quiere que unas 6 mil multinacionales con ingresos superiores a los 750 millones de euros paguen los impuestos debidos. A la vez, ofrece exenciones más pequeñas y estímulos para inversiones en investigaciones tecnológicas.
La batería de acciones que pretende aplicar – con la imposición de un esquema fiscal común – comprende controles sobre las operaciones entre filiales de una misma empresa para evitar que muevan sus ingresos a conveniencia mediante artimañas antiquísimas, con manipulaciones de precios, y hacerlas pagar ahí donde generen sus ingresos. También vigilan que las fusiones empresariales no sean maniobras para dejar la sede fiscal de las mismas donde más convenga, fiscalmente hablando. El gobierno estadounidense – que a su vez se ha enfrascado en pretensiones de que las grandes corporaciones no evadan el pago de impuestos – ha salido, no obstante, en defensa de sus multinacionales en Europa.
Ante eso la UE ha enfatizado que “la decisión sobre Apple es la clara señal de que se ha cerrado una era en Europa. No se trata de ir contra Estados Unidos, contra las inversiones extranjeras ni es una batalla contra ninguna empresa: se trata de que todas las multinacionales que operan en Europa, sea cual sea su origen, paguen los impuestos que deben”.