Amiguito, en esta fecha conmemoramos la muerte de uno de los grandes dictadores que ha tenido América, me refiero a Rafael Leónidas Trujillo Molina, que inició su mandato en nuestro país el 24 de mayo de 1930.
Su gobierno se caracterizó por la persecución a las personas que estaban en contra del régimen; miles fueron apresados, torturados y muertos; otros buscaron en el exilio una forma de proteger su vida. Y hubo familias que sufrieron los rigores de la persecución ejercida por el organismo represivo llamado Servicio de Inteligencia Militar, SIM.
Durante ese régimen sólo existió el Partido Dominicano, fundado por él y era obligatorio estar inscrito allí; la llamada palmita, o carnet de afiliación, era imprescindible para obtener empleo y para muchos actos de la vida civil.
Trujillo acumuló una gran fortuna personal con el despojo de sus bienes que hizo a muchas familias.
De los crímenes más horrendos están la matanza de millares de haitianos en el año 1937 y el asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, el 30 de noviembre de 1960.
Hubo varios movimientos conspirativos contra Trujillo, entre ellos las expediciones Luperón, en 1949 y la del 14 de junio, en l959.
El fin llegó cuando un grupo de valientes lo interceptó en la carretera San Cristóbal el 30 de mayo de l961 y le dio muerte. Entraron en acción esa noche: Salvador Estrella Sadhala, Huáscar Tejeda, Antonio Imbert Barreras, Antonio de la Maza, Roberto Pastoriza, Pedro Livio Cedeño, Amado García Guerrero, de los cuales solo salvaron la vida Luis Amiama Tió y Antonio Imbert Barreras; este último todavía vive. Hubo otras personas más implicadas, algunas de las cuales fueron asesinadas.
Lo más terrible para un pueblo es sufrir los rigores de una dictadura, por eso todos debemos valorar y defender la libertad y la democracia.