¡Trujillo sigue “vivo”!

¡Trujillo sigue “vivo”!

FRANCISCO ÁLVAREZ CASTELLANOS
El 30 de mayo de 1961 un grupo de patriotas dominicanos eliminó la más cruel y oprobiosa tiranía que jamás haya sufrido nuestro pueblo.

Hace pues unos 47 años que ocurrió esa épica jornada. Y digo «épica», porque había que ser no un hombre, sino muy, pero muy macho, para «tirarse al Jefe». Pero, lamentablemente, todo parece indicar que «Trujillo sigue vivo». Pero, ¿ por qué hago tan determinante y peregrina afirmación?

Sencillo señores. ¿ Saben ustedes cuantos libros, folletos (sin contar los reportajes periodísticos) que se han escrito desde el 30 de mayo de 1961 hasta la fecha ? Según mis indagatorias…¡ más de 400!

Nadie puede negar que Trujillo fue y es una figura histórica de este país. Las cosas buenas que hizo, muchas de las cuales se pueden ver o, cuando menos, lo recuerdan (ahí tenemos el obelisco y el monumento al «Tratado Trujillo Hall»), junto a las numerosas acciones ignominiosas, asesinas, perversas, etc., constituyen el material suficiente para que el nombre de Trujillo llene varios capítulos de nuestra historia, capítulos que no se encuentran en ningún libro escolar, hasta el momento.    

Mi sugerencia es la siguiente: Dejemos que los historiadores hagan su trabajo…¡ completo, sin «olvidos» y que nuestros hijos y nietos se enteren de lo que pasó del 1930 al 1961, pero como complemento de su educación.

Dejemos de escribir artículos, notas, libros (excepto el de Historia Patria) sobre el mismo tema. Todos esos escritos que tocan un tema del que ya todo se ha dicho, lo que hacen es mantener en la memoria de aquellos que vivimos en la «era», y de los que solo se enteran por lo mucho y seguido que se ha escrito, un tema que solo trae muy malos recuerdos.             Dejemos, pues, a Trujillo como un capítulo nefasto de nuestra historia, pero de la historia que se da en las escuelas, para que sea imparcial y los alumnos puedan hacerse una idea sobre el asunto, hagan sus preguntas, a maestros y padres y sepan lo que deben de saber a conciencia.             

Yo sé que este capítulo histórico nuestro es difícil para los que lo vivimos y sentimos en carne propia.Pero no sigamos manteniéndolo vivo en libros y periódicos porque, a mi juicio, si algo falta por decir de Trujillo,son asuntos muy»personales», nada políticos, quiero decir. Y tratar esos asuntos, es abrir heridas que fueron cerradas hace decenios.

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