Trujillo: tres transgresiones ecológicas

Trujillo: tres transgresiones ecológicas

Sin lugar a dudas, Rafael L. Trujillo, fue desde su ascensión a la presidencia de la República en el año 1930, un megalómano visceral y enfermizo por su afán de ser el primero en todo y así le viene en la mente, de ser el primer productor de azúcar, para lo cual debía adquirir o crear varios ingenios azucareros.

Es así como se empecina en desplazar en cantidad de ingenios azucareros al cubano Julio Lobo, mejor conocido como el Zar del Azúcar, quien poseía en su país, once ingenios y Trujillo pretendió la construcción de doce para a su vez constituirse, en el nuevo Zar del Azúcar.

Pero esta tarea no le resultó tan fácil por la falta de terrenos hábiles para la siembra de caña de azúcar. Debemos recordar que Cuba tiene una extensión territorial de 109,884 km2, contra 48,442 de la República Dominicana; es decir, el doble de extensión territorial y de ñapa, 13,000 km2. Tenía más técnicos y equipos azucareros y además, para su venta una cuota especial, en el mercado privilegiado de los EE. UU. De su parte, a favor del autodenominado “Jefe” en esa trayectoria, poseía el poder político dentro de la población dominicana y también, más recursos económicos.

La primera y más dolorosa transgresión agropecuaria fue el establecimiento del ingenio Catarey en la zona de Villa Altagracia en 1948, ampliándolo en el año 1954. En esta comarca, posiblemente existían los cacaotales más productivos, debido a la excelente pluviometría y suelos profundos de inmejorable calidad, los cuales fueron degradados al ser sembrados de caña de azúcar, una gramínea cultivada en suelos degradados y de fácil manejo.

En ese entonces, las carreteras eran de dos vías y al ingenio importar unos enormes camiones Mack, a los cuales se les denominaron “Catarey”. Esto trajo consigo grandes abusos en las carreteras, ya que algunas veces le enganchaban un tráiler, constituyendo un grave peligro para la circulación, dada la estrechez de las vías.

Trujillo tenía la necesidad de aumentar el área cañera y para eso, en el año 1954, instaló en Esperanza un modesto ingenio, cometiendo el crimen agroecológico de diezmar una zona arrocera, la cual fue prontamente arada y sembrada de caña de azúcar.


Dicho ingenio tuvo desde sus inicios una baja producción, ya que los terrenos, debido a la alta pluviometría, se anegaban en tiempos de lluvia.

Así como fracasó el ingenio, también, en el Gobierno del presidente Balaguer fue instalada alrededor de dicha instalación la Zona Franca de Esperanza, la cual no ha tenido el éxito que inicialmente se pensó.

El tercer golpe mortal, fue la adquisición del ingenio Amistad en la zona Llano de Pérez en la provincia de Puerto Plata. El mismo se encuentra aledaño a las llanuras de Imbert (Bajabonico), una zona que estaba sembrada de cacaotales que le daban un esplendor y belleza a esta agreste comarca.

En su pretensión de ser el más grande productor de azúcar, Trujillo instaló a la orillas del río Haina un ingenio al cual denominó Río Haina y se ufanaba de que el mismo era el más grande del mundo.
Esto nunca fue comprobado y el sueño del “Perínclito e Ínclito Barón de San Cristóbal” quedó frustrado, aunque debido a su endiosamiento y altivez, nunca lo reconoció.