Trujillo: Un personaje llamado Deseo

Trujillo: Un personaje llamado Deseo

La fascinación que Trujillo y su familia concitan en la sociedad dominicana, aún a casi 48 años de la desaparición de la dictadura, merece ser analizada a nivel de un congreso de expertos. Hablo en serio.

No bien se esfumó la enorme influencia que el poder del Jefe ejerció, y se disiparon los temores de que los remanentes del oprobio regresaran al país, intelectuales de todos los calibres comenzaron a divulgar episodios de la Era.

Una profusa bibliografía que va por más de dos centenares de títulos conocidos; ensayos, vídeos, charlas, discusiones en público y privado han mantenido el nombre del sádico dictador en el ambiente nacional e internacional.

Trujillo reporta utilidades y es personaje predilecto de mucha gente que escribe y deriva ventajas de ese pasado histórico.

Don Rafael Herrera, ese gran genio del periodismo contemporáneo, sentenció en vida que el dominicano llevaba “su trujillito dentro”.

Amén del influjo que ejerce en los aspectos comentados, el sátrapa ajusticiado dejó como herencia – talvez por la megalomanía – el interés de mucha gente de andar exhibiendo armas de fuego y un supuesto poder superior.

Como no es tradición aquí estudiar las intrascendencias sociales, pocas personas se enterarán de que existen zonas que han aportado muchos militares y policías. ¿Otro influjo?

Las historias de los pueblos no pueden quedar como meros episodios para recontar y derivar beneficios. Deben servir para despertar conciencias y dejar enseñanzas.

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