Trujillo y los misiles

Trujillo y los misiles

LEONARDO DÍAZ JÁQUEZ
A raíz de la publicación de mi artículo «Trujillo:
De Vargas Llosa a Wise Delgado», entablé una buena relación con este último, llegando a tener varios encuentros donde tratamos temas referentes a su libro «Trujillo, odiado por unos, amado por otros y temido por todos».

En una larga conversación que sostuvimos en mi casa el 4 de abril del 2001, el Dr. Hans Wise Delgado y unos buenos amigos, de la cual conservo una grabación, éste nos contó vivencias de su relación con Trujillo, las cuales se darían a conocer en su próximo libro, que según nos dijo, «si Dios me da salud», sería publicado en diciembre de ese mismo año bajo el título «El Generalísimo sí tiene quien le escriba». Como hasta ahora no ha sido dado a conocer, exhorto a sus hijos a que lo publiquen.

En la referida conversación, el Dr. Wise Delgado nos dijo que un día, en sus oficinas privadas en la Azucarera Haina, la que sería luego el Consejo Estatal del Azúcar, Trujillo decide limpiar una gaveta de su escritorio poniendo su contenido en un sobre de papel manila, lo cerró con lacra y le dijo: «Dr. Wise, guarde este sobre en su caja fuerte y no se lo enseñe a nadie, ni tan siquiera a don Tirso Rivera». El Dr. Wise pensó «que eran acciones de compañías, cuestiones de dinero; pensé que hasta cuartos podían ser». A éste no dejó de extrañarle esa decisión de Trujillo, pues mientras él tenía tan solo tres años trabajando a su lado, don Tirso tenía diez y nueve.

Después que el Dr. Wise dejara de trabajar en la Azucarera Haina y a raíz de las sanciones que la OEA le impusiera a la República Dominicana por el intento de Trujillo de asesinar a Rómulo Betancourt, presidente de Venezuela, éste lo envía como embajador a Alemania para vender azúcar, sobre cuya misión el Dr. Wise dijo lo siguiente: «Yo tenía muy buenas relaciones a través de la venta del azúcar, ya desde el 1953, con Alemania, con Bélgica, con Holanda, con el Conde Benardote de Suecia, una serie de contactos que yo había hecho y me habían permitido vender mucha azúcar».

El Dr. Wise nos relató que «el 10 de noviembre del 1960, me llama a las ocho de la mañana en punto José Benjamín Uribe, que era el Secretario de la Presidencia, y me dice que vaya seguido al Palacio que el Jefe me está esperando; cojo para allá y Trujillo me dice: Yo lo he nombrado (embajador) en Alemania; yo necesito que usted haga uso de sus relaciones, que venda azúcar a todo el mundo». El día 23 de noviembre, el Dr. Wise fue a despedirse de Trujillo «porque todo diplomático sabe que antes de irse tiene que ir a ver si tiene algunas instrucciones especiales y (al verme, Trujillo) me pregunta ¿y usted no se ha ido todavía?, yo lo hacía a usted en Alemania? Yo le digo, no Excelencia, me voy precisamente pasado mañana y vine a despedirme de su Excelencia; y entonces me dice ‘bueno, váyase pronto porque yo necesito que usted venda azúcar; esta gente, los americanos, de momento nos quitan la cuota’.

En su conversación con Trujillo, el Dr. Wise le recuerda el sobre que éste le había dado en custodia y que quería «devolvérselo porque somos hijos de la muerte y yo voy a tomar cuatro aviones; como somos hijos de la muerte yo no quiero quedarme con ese sobre», a lo que Trujillo le contestó: «No, no, déjelo en su casa, cuando usted regrese de Alemania me lo entrega». Pero sucede «que a él lo matan estando yo en Alemania; ya yo soy el depositario de ese sobre, yo no tengo que entregárselo a nadie».

El Dr. Wise nos dijo: «Yo regreso al país a los 12 días de muerto Trujillo». Regreso violando las instrucciones de los Estados Unidos que no le permitían a Pan American transportar a ningún dominicano, ni diplomático, ni nadie, pero la Varig me montó en su avión y yo vine en Varig. A la una de la mañana llegamos a Santo Domingo, era el 12 de junio del 1961″.

Tan pronto llega a su casa de Manoguayabo, después de saludar a su familia, el Dr. Wise dice que lo primero que hizo fue ir a la caja fuerte, abrir el sobre y en el mismo, entre otras cosas, encontró «una carta desde Miami, de los servicios de inteligencia de él (de Trujillo), con un mapita de Cuba, que yo lo tengo, la carta y el mapita, y dice: ‘En Laguna de la Pata, provincia de Matanzas, construcción base de cohetes teledirigidos soviéticos’. Eso es fechado a finales del 1960, antes de yo irme. Entonces yo me pregunto, cuando Kennedy le anuncia al mundo, dos años después, el 23 de octubre, que se está construyendo esa base, ¿es que ya Trujillo lo sabía? En ese sobre hay muchas otras cosas importantes». 

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