Mike Dorning
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, dirigió el jueves pasado su ira contra otro fabricante de automóviles, amenazando a Toyota Motor Corp. con imponerle aranceles en la frontera por sus planes de construir una fábrica en México.
“Toyota Motor dijo que construirá una nueva planta en Baja, México, para fabricar automóviles Corolla para Estados Unidos”, tuiteó Trump. “¡DE NINGUNA MANERA! Construyan la planta en Estados Unidos o paguen un gran impuesto en la frontera”.
Toyota ya produce el modelo Corolla en una fábrica en Mississippi y a principios de 2015 había producido más de 500.000 unidades. Aunque el mayor fabricante de automóviles de Japón está planeando construir una planta para el modelo Corolla en México, está prevista para Apaseo el Grande, Guanajuato.
La compañía tiene una fábrica en Baja California, México, que produce las camionetas Tacoma.
Horas antes del tuit de Trump, el presidente de Toyota, Akio Toyoda, dijo que tendrá en cuenta las decisiones del Presidente electo al planificar las operaciones en México del fabricante de automóviles, luego de que Ford Motor Co. descartó sus planes para construir una nueva planta de US$1.600 millones en el país.
Los recibos de depósito estadounidenses de Toyota cayeron un 0,7 por ciento a US$120,61 a la 1.49 p.m. en Nueva York.
Los ataques de Trump a la industria automotriz están en línea con sus promesas de reactivar la actividad manufacturera estadounidense que durante décadas han emigrado constantemente a países con mano de obra más barata.
A principios de esta semana, Trump también criticó a General Motors Co. por fabricar una versión de su modelo Cruze compacto al sur de la frontera.
Cuando se le preguntó sobre su reacción a la noticia de que Ford había cancelado un plan para construir una planta de US$1.600 millones en México tras las críticas de Trump, Toyoda dijo a periodistas en una reunión de Año Nuevo que manejará la situación cuando la entienda mejor.