JERUSALÉN. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condenó el martes a los «malvados perdedores» responsables de atentar contra un concierto en Gran Bretaña en la víspera y pidió en especial a los líderes de Oriente Medio que ayuden a frenar la violencia.
“Los terroristas y extremistas y aquellos que les dan ayuda y confort deben ser expulsados de nuestra sociedad para siempre», señaló Trump durante una conferencia de prensa con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, en Belén.
«Esta ideología retorcida debe ser anulada». Trump realizó las declaraciones en su cuarto y último día de visita en Oriente Medio.
Tras reunirse con líderes árabes en Arabia Saudí, el presidente ha estado sondeando las posibilidades de paz entre israelíes y palestinos.
De pie al lado de Abás, Trump declaró que un acuerdo con Israel podría «iniciar un proceso de paz a través de Oriente Medio».
Abás señaló que estaba dispuesto a «dejar la puerta abierta al diálogo con nuestros vecinos israelíes». Reiteró las demandas palestinas, que incluyen establecer su capital en Jerusalén Este, un territorio que también reclama como suyo Israel.
La Casa Blanca dijo que Trump recibía información del ataque en Manchester, Inglaterra, a través de su equipo de seguridad nacional.
Más de 20 personas murieron en un supuesto ataque terrorista que no ha sido reivindicado por nadie aún. Para llegar a Belén, la caravana de Trump cruzó por un paso abierto en el muro que separa el territorio cisjordano, un recordatorio visual de las complejidades del conflicto en la región.
El muro, levantado por Israel hace una década, fue presentado como una defensa contra los ataques letales de insurgentes palestinos.
Los palestinos sostienen que la delimitación es una ocupación ilegitima porque deja fuera el 10% de Cisjordania.
Más tarde el martes, Trump regresará a Jerusalén para visitar el monumento al Holocausto Yad Vashem y ofrecer un discurso. Después emprenderá viaje a Roma, donde el miércoles se reunirá con el papa Francisco en el Vaticano.