BRIDGEWATER. A medida que comienza la secuela de su tormentoso debut en Naciones Unidas, el presidente Donald Trump volverá a enfrentar los peligros planteados por la amenaza nuclear de Corea del Norte, aunque su sombra puede parecer menos inquietante que hace un año.
Doce meses después de que Trump habló desde la tribuna de la Asamblea General de Naciones Unidas y llamar “Rocket Man” al líder norcoreano Kim Jong Un el esfuerzo por desnuclearizar la península coreana es un trabajo en progreso, aunque los temores de guerra han dado paso a sueños de acercamiento.
El presidente, cuyas belicosas denuncias de Pyongyang han dado lugar en buena medida a notas esperanzadoras, planea sentarse con el presidente surcoreano Moon Jae-in, quien llega con un mensaje personal de Kim a Trump después de sus conversaciones intercoreanas la semana pasada.