La administración de Donald Trump en Estados Unidos podría ser un obstáculo para el cierre de Basilea III, previsto inicialmente para los primeros días de marzo tras varios retrasos.

Una carta del vicepresidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, Patrick McHenry, a la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, lo deja muy claro: «es inaceptable», se afirma en la carta, que la Reserva Federal esté negociando con «burócratas globales en suelo extranjero sin transparencia, responsabilidad o la autoridad para hacerlo».

Cuando ya se estaba próximo al cierre del acuerdo se produce la toma de posesión de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos y el envío a la presidente de la Reserva Federal por parte del congresista McHenry de la carta, con fecha 31 de enero, en la que el congresista comienza diciendo que le escribe en relación a la participación de la Reserva Federal en los foros internacionales sobre regulación financiera.
Y que «pese al claro mensaje expresado por el presidente Donald Trump de priorizar los intereses de Estados Unidos en las negociaciones internacionales» parece que la Reserva Federal» sigue «negociando los estándares regulatorios internacionales para las instituciones financieras entre burócratas globales en suelo extranjero sin transparencia, responsabilidad o la autoridad para hacerlo», para añadir a continuación que «es inaceptable».

La carta de Patrick McHenry prosigue señalando que la participación en foros internacionales como el Consejo de Estabilidad Financiera, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea o la Asociación Internacional de Supervisores de Seguros debe basarse en conseguir «los objetivos fijados por la nueva Administración».
Agrega que ello probablemente «requiera una revisión exhaustiva de pasados acuerdos que penalizaron injustamente al sistema financiero estadounidense en áreas tan diversas como el capital bancario, los seguros, los derivados, el riesgo sistémico y la gestión de activos».